Y seguimos de enhorabuena, si hace escasamente unas horas (joder, que poco he dormido hoy), teníamos el placer de presentaros al señor Ash Williams como nuevo miembro de la familia plumífera, ahora le toca al turno a Mr. Norman Bates, como podréis apreciar, otro erudito en la materia que sin duda, hará las delicias de los paladares cinéfilos mas refinados. Que "mono" es el tío (lo siento, en mi actual estado, ha sido lo mas ingenioso que se me ha ocurrido).
Decir a estas alturas que el cine comercial de Hollywood está completamente estancado, no es contar nada nuevo, puesto que la gran mayoría de propuestas que nos llegan desde el otro lado del charco son remakes, precuelas ó secuelas de películas de éxito, que no necesariamente de calidad.
Es por ello, que la nueva propuesta de 20th Century Fox orquestada por el realizador Rupert Wyatt, podría, a priori, carecer de interés para la gran mayoría.
Aunque
X-Men: Primera generación (Matthew Vaughn, 2011), Indiana Jones y el templo maldito (Steven Spielberg, 1984) y en cierta forma, El padrino. Parte II (Francis Ford Coppola, 1974) sean algunos ejemplos de que en el mundo de las precuelas hay material de calidad. Lamentablemente, son las malas precuelas las que permanecen en el subconsciente colectivo, Star Wars Episodios I/II/III (George Lucas, 1999, 2002, 2005) ó Hanníbal, el Origen del mal (Peter Webber, 2007) son algunos de los últimos ejemplos sin ir más lejos.
También y para rizar aún más, si cabe, el rizo de la desconfianza ante la posible llegada de una nueva entrega sobre los simios más famosos de la historia del cine, en 2001, Tim Burton se encargó de realizar, la que hasta la fecha, está considerada la peor película de su filmografía, un remake de la película original que pretendía ser la primera de una nueva saga, pero las devastadoras críticas y una recaudación mundial muy por debajo de lo esperado, hicieron desistir a la compañía… ¿O no?
Con la llegada de Batman Begins (Christopher Nolan, 2005) hubo un colapso en Hollywood, una saga completamente muerta podía resucitarse con un buen trabajo de guión, que aportase veracidad a la historia y con un buen equipo de actores y directores con ganas de hacer las cosas bien.
Tanto éxito cosechó la formula, que los Reboots no se hicieron esperar en forma de precuelas o directamente empezando de cero sagas que aún estaban dando sus primeros pasos, como es el caso de la trilogía de Spider-Man.
Es por ello que no sorprendió en exceso el anuncio de la llegada de El origen del planeta de los simios. Un remake situado cronológicamente, 2000 años antes de empezar la película original, El planeta de los simios (Franklin J. Schaffner, 1968).
Si he de ser sincero, El origen del planeta de los simios es una buena película de entretenimiento, cumple con lo que promete, pero reconozco que me ha dejado algo frío.
Vayamos por partes, soy un gran fan de la primera película y algo que la diferencia de sus diferentes secuelas y esta precuela, era lo original y valiente de su arriesgada propuesta, nunca vista con anterioridad, y el factor sorpresa. Durante todo el metraje, el espectador se preguntaba donde se encontraba el personaje de Heston, ¿Qué era ese planeta? ¿Dónde estábamos? Para acabar mostrándonos ese final antológico donde Charlton Heston comprendía que siempre había estado en la tierra, pero en el futuro, donde las guerras nucleares habían acabado con la raza humana tal y como la conocía.
Una vez conocida la gran incógnita del film original, cualquier secuela o precuela llevada a cabo, jamás podrá optar a conseguir ese grado sorpresa, pero el dinero es el dinero y había que sacar tajada.
Después llegaron Regreso al planeta de los simios (Ted Post, 1970), Huida del planeta de los simios (Don Taylor, 1971) donde se nos explicaba el origen de la rebelión de los simios, que nada tiene que ver con lo mostrado en está nueva entrega y donde además, se explica que el primer simio que dijo NO a un ser humano se llamaba Aldo, no Caesar… pero como con la Biblia, ciertas historias puede que estuviesen mal contadas ¿Quién sabe?, porque en La rebelión de los simios (J. Lee Thompson, 1972) era el propio Caesar quien iniciaba la rebelión, para en La conquista del planeta de los simios (1973) con el mismo director de la anterior tras la cámara, firmar la paz con el hombre.
No deja de ser curioso que la saga original se convirtiese en una paradoja espacio temporal con infumable final feliz, que secuela a secuela fuese desdibujando el material de partida y creando algunas inexactitudes temporales y de guión.
El origen de planeta de los simios, pretende lanzar un puente entre esta nueva primera parte y la original, pasando por alto las secuelas y para ello reinventa la historia original, lo cual me parece muy interesante, porque es aquí donde la con total seguridad, nueva trilogía, tiene todas las de ganar a las secuelas, siempre y cuando se tomen el trabajo en serio.
En este primer asalto lo han hecho.
El origen, nos cuenta como un joven científico (James Franco) desarrolla un fármaco para poder acabar con la enfermedad de alzheimer que afecta a su padre. Los diferentes acontecimientos harán que un pequeño mono, llamado Caesar (Andy Serkins), quien gracias al fármaco, obtiene una grandísima inteligencia, acabe a su cargo. Entre ambos se establece una relación de padre e hijo que Caesar sentirá traicionada cuando el joven, le ingrese en una reserva. Finalmente Caesar se convertirá en el líder de la manada y tras enseñar a sus nuevos hermanos, iniciarán una rebelión donde la única salida posible es la libertad.
En esta película ya se plantean diferentes tramas de cara a las secuelas, como el virus que solo afecta a los humanos, pero hace más inteligentes a los simios, atentos a la escena final donde se matiza este detalle.
La relación entre Caesar y Will ¿Cómo actuará o acabará el segundo tras la paulatina ascensión del primero?
La película posee un final tan abierto que solo deja ganas de ver una continuación, porque está película consigue que te intereses por sus diferentes personajes, toda una proeza en los tiempos que corren.
En el apartado actores, todo el mundo lo reconoce porque es verdad, Andy Serkins es el mejor del reparto con diferencia, dota de una humanidad excepcional a Caesar a pesar de ser un personaje creado mediante la captura de movimiento, sus ojos dicen más que cualquier línea de diálogo. James Franco está correcto, hace bien su papel pero no brilla, quien si lo hace es John Lithgow como padre del científico, su representación de un hombre triste y vulnerable hace que te creas aún más, la por momentos, baja interpretación de Franco. En las secuencias que ambos comparten con Serkins, son de lo mejor de la película.
Freida Pinto está empezando, pero aún así, lleva un buen ritmo, aunque la verdad que en está película poco importa su calidad como actriz porque su personaje es un bonito florero al que admirar, poco se puede sacar de su interpretación, como también poco se puede sacar de las de Brian Cox, hola, pasaba por aquí y me ofrecieron el papel y Tom Felton, que a este paso se va a convertir en el adolescente más malo del mundo.
Y son esos personajes algo pobres y una trama que en su segunda mitad se centra más en la historia de Caesar en solitario, olvidando por momentos, que es su sensación de abandono por parte de su padre adoptivo el verdadero motor de la película, lo que le hacen perder puntos.
El final es algo absurdo, pero ofrece lo que todo el mundo espera, locura simia y algún ajuste de cuentas, David Oyelowo pagará todos los pecados cometidos contra la raza simia de una forma espectacular en la que no sabes si aplaudir o sentir pena por él.
Y desde mi punta de vista, la mayor virtud de la película es conseguir que al final nos posicionemos de parte de Caesar, queremos que triunfe en su empresa y se vengue de los sucios y asquerosos humanos.
La dirección es bastante correcta, con momentos realmente sublimes, como el plano contrapicado donde el personaje de Oyelowo descubre que es acechado por centenares de monos, directamente inspirado en Los pájaros (Alfred Hitchcock, 1963), con otros normales pero llevados a cabo con buen gusto, la puesta en escena está llevada a cabo con corrección, algo que se agradece en este tipo de películas veraniegas donde en el momento que empieza la acción, el espectador se pierde entre efectos digitales.
Ni que decir tiene que Weta Digital se ha marcado un tanto al conseguir hacer creíbles a los diferentes personajes generados por ordenador, los simios, que son los verdaderos protagonistas, de lo mejor que se ha visto en una pantalla.
Uno de los mejores Blockbusters del verano sin duda alguna.
Lo mejor: Caesar gritando NO
Lo peor: Algunas actuaciones y que en la segunda parte, la historia se aleje por momentos del principal motor emocional de la película.