martes, 31 de enero de 2012

"The Hounds", el cine de terror italiano está de vuelta

“The Hounds” es una coproducción entre Italia e Inglaterra que, a pesar de ser una gran desconocida, ha sido calificada en muchos festivales internacionales como una de las mejores películas de terror independiente del pasado año. Clasificada como "el regreso oficial de los italianos al cine de horror", la cinta bebe directamente de las obras de Mario Bava y Dario Argento. Se trata del primer largometraje de los directores Maurizio y Roberto Del Piccolo, quienes no han dudado en mezclar gore y suspense para que sirvan de entretenimiento a la más perra de las audiencias.

Cansados de que nadie confiara en su trabajo y de que sus obras solo se pasearan por los ambientes más underground de Italia, los hermanos Maurizio y Roberto Del Piccolo decidieron crear su propia productora de cine independiente, Moviedel, y para llevarlo a cabo se trasladaron a Bath, Inglaterra. Una vez allí, decidieron rodar su primera película, para ello apostaron por un elenco de actores desconocidos y rodaron en habla inglesa para poder llegar más fácilmente a los mercados extranjeros. Seguramente todo ésto les costó un gran sacrificio económico, pero al hacerlo han conseguido ser vistos y han llamado mucho la atención.

A priori, el argumento de la cinta no parece demasiado original, y es que la historia comienza con un grupo de amigos que decide ir de acampada al bosque, pero lo más interesante de “The Hounds” es que tiene dos caminos narrativos que terminan entrelazándose, un final supuestamente sorprendente, un ritmo lleno de tensión y todo en un escenario claustrofóbico. Si esto no os convence, tal vez gane puntos cuando diga que la banda sonora está firmada por Pierluigi Pietroniro, un antiguo colaborador de Morricone. Abajo tenéis el tráiler, pero si os animáis y domináis un poco los idiomas que sepáis que acaban de colgar la película en versión original con subtítulos en italiano a través de su página oficial por el módico precio de 2,99 libras (3,58€).

Un grupo de viejos colegas, Sarah, Jake, Dave y Martin deciden revivir sus días en la universidad y quedan para pasar un fin de semana haciendo senderismo. Al mismo tiempo, Mike, un detective de la policía está investigando a una banda de delincuentes que están, de alguna manera, macabramente vinculada al grupo de amigos. ¿Por qué estas historias están conectadas? Que terrible secreto descubrirá Sarah? Aquí nada es lo que parece…

Crítica: Charlie y La Fábrica de Chocolate

CRÍTICA, CASI PURA Y DURA, DE CHARLIE Y LA FÁBRICA DE CHOCOLATE

(Todos aquellos que opinen que El Sepulturero Torero es un charlatán de feria que se enrolla como una persiana hasta para decir buenos días, no digo yo que levanten sus extremidades -porque les faltarían brazos y piernas, cabrones-, pero deben LEER SÓLO ESTO. Lo cual hará que ahorren su valioso tiempo y que, al mismo tiempo, hundan a dicho señor en la miseria de saberse un triste perdedor cuyas historias a nadie interesan. Historias por demás tan edificantes que las hace absolutamente imprescindibles. Pero supongo que eso a nadie importa, sino a él.)

(La carita de perrito pachón con que se imaginan a El Sepulturero Torero emitiendo el final de esta advertencia inicial, e intentando derretir y enternecer su congelada emotividad, sólo cabe atribuírla a un exceso de imaginación por parte de ustedes)

(Buenos días)

La primera versión de Charlie y la fábrica de chocolate llegó a nuestro país en 1971, de la mano del director Mel Stuart, en forma de comedia musical infantil moralizante y reconstituyente, ahí es nada. Por aquí le endilgaron el nombre de Un mundo de fantasía. Mira que era fácil haber respetado el título original. Pero para originales, los españoles, oigan. Spain is different, specially when subtituling. El film, de 98 minutos de hilarante duración, fue protagonizado por Gene Wilder, que representaba al rey de los chocolateros, Willy Wonka.

El guión, firmado por el propio Roald Dahl, tomó como base un relato de este estupendo escritor británico, cuya biografía en la Wikipedia os recomiendo. Así os daréis cuenta de por qué este tipo es un referente para mí. Una de esas personas que brillaron con plena intensidad, con un sentido del humor y una valentía a prueba de balas. No murió de diabetes.

Para que os hagais una idea de su aportación al mundo de la fantasía infantil, deciros sólo que este tipo creo los personajes de Matilda, James y el melocotón gigante y el propio Willy Wonka. Con eso, si la hubiera diñado en su espectacular accidente de avioneta, ya se podía haber ido tranquilo al otro barrio.

La actuación de Wilder es elástica y memorable, paseandose con soltura por el registro de la comedia y saltando con agilidad al del melodrama cuando resulta necesario.

La partitura, a cargo de Leslie Bricusse y Anthony Newley, recibió una nominación a los Óscar como mejor B.S.O.

Sinopsis: Se sortea una visita a la fábrica de chocolates y golosinas Wonka, cerrada al público desde hace años por razones misteriosas. Después de que Dios reparta suerte de forma poco equitativa, cual es su costumbre, el estrambótico propietario se encarga de poner orden y se erige en sarcástico maestro de ceremonias de un fenomenal concurso en el que sucesivos niños pijos, a los que nos encantaría pellizcar los mofletes con unos alicates, van recibiendo uno tras otro la patada en el culo que no supieron darles sus padres según van incumpliendo las tajantes normas de Willy Wonka. Finalmente, un humilde niño llamado Charlie se hace con el emporio financiero de este señor, tal era el premio, gracias a su extraordinaria habilidad para poner cara de bueno todo el rato y sin romper ningún plato.


La segunda versión corre a cargo de Tim Burton, que retoma la misma historia, sin cambios esenciales en el guión, a no ser por el trato más detallado que recibe el entorno de la familia de Charlie, que vive junto a sus padres y sus cuatro abuelos, todos hacinados en una covacha infecta, jugando a las enfermedades y a la hucha anual, entretenido pasatiempo consistente en sumar las edades de todos los ancianos cada vez que llega un nuevo cumpleaños. La cifra es estratosférica. Menos mal que no les da por sumar los niveles de azúcar y colesterol. (En la primera versión se profundiza más en el aspecto psicológico de este retrato familiar, de hecho es uno de sus puntos más fuertes, pero la ambientación de la geriátrico-vivienda concebida por Burton es sublime y deja a la de su predecesora en pañales para la incontinencia urinaria.)

La banda sonora en este caso es absolutamente espectacular y demencial, siendo los momentos interpretativos de los enanos tocapelotas uno de los platos fuertes de esta versión. A mi personalmente todas las canciones de los Umpa Lumpa me dan un buen rollo acojonante. Y parece que tampoco esta vez al jurado de los Óscar se lo dió, porque también esta vez le fue esquivo el triunfo por banda sonora, de la que estaba detrás el genial e incombustible Danny Elfman, el hombre elfo que nos llevó, junto a sus lisérgicos enanillos, a un paraíso sonoro psicodélico y delirante.

Tim Burton rehuyó en este caso los espectaculares efectos especiales de otras producciones suyas para centrarse más en el lado humano y dramático de la historia, generando maquetas a escala y magistrales recreaciones de paisajes a través de decorados, en lugar de recurrir en exceso a los CGI.

Esta segunda versión optó a los Óscar por mejor diseño de vestuario. Tampoco se comió un colín aquí.

De señalar es el cameo del draculiano Cristopher Lee, como el padre dentista del torturado infante Willito Wonka. Después de toda una vida sacando los colmillos, ahora se pone a sacar las muelas.

También es de destacar el excelente trabajo de Deep Roy, nacido Mohinder Purba, indio de La India que vió la luz en Kenya, país bien conocido por Roald Dahl, y que presta su genio y su chiquitita figura para la recreación de los Umpa Lumpa a través del Croma. Otras dos perlas de belleza inigualable son la odisea de Wonka a Lumpalandia y la fábula que refiere el abuelo Joe a su nieto sobre el príncipe Pondicherry y su castillo de chocolate tajmajalesco. Su visionado justifica por sí solo el resto de la película. Y los andaluces no exageramos jamás.

Por qué me pongo tibio de chocolates cada vez que mi dentista mira para otro lado:
Porque hay que ver lo que hemos cambiado y porque las chocolatinas son como las buenas historias, hay que repetir aunque no se tengan ganas. Nunca se sabe cuando va a caer otra en tus garras.

Por qué me cepillo los dientes después de comer chocolate:
Para que no se me piquen los piños con el exceso de moralina ni me huela el aliento a tufillo con mensajitos. Son los riesgos de consumir chocolate made in Hollywood. Yo por eso prefiero el afgano.



DEL AFORTUNADO ENCUENTRO DE DOS GRANDES ACTORES EN TALLAHASSEE

(Cualquier parecido con la realidad es efecto de la marihuana)

Hospital Psiquiátrico de Tallahassee, Florida. Luce un sol apacible. Un elegante y solitario edificio de un blanco impoluto, coronado por una gigantesca bandera de ondeante chulería, parece haber estado aguardando la llegada de aquel nuevo visitante. El recién llegado desciende de su descapotable rojo y sube parsimonioso las escaleras del sanatorio. Se trata de Jonny Depp. Su abuela ha sido internada allí hace ya dos semanas.

Ya en el vestíbulo, una recepcionista con complejo de playmate venida a menos, va superando gradualmente el estupor en que la ha sumido el individuo de la perilla. "Por favor, ¿la habitación 223?", pregunta el apuesto caballero. "Jijiji", dice la enfermera ruborizada, e indica al actor un pasillo del fondo. Ella insiste varias veces en acompañarle, jijijiji y jijijiji. Johnny Depp cuenta cómo ella repite hasta tres veces: "De veras que no es molestia", antes de poder quitársela de encima tras estamparle un autógrafo en plena frente. La chica no tenía papel a mano e insistió entregando al actor uno de los expedientes de ingreso. Depp le señaló entre las cejas y dijo: "Es mejor aquí. Espero que te lo compre un taxidermista", soltó él, enigmático, después de garrapatear su nombre. Y luego añadió: "¿Tú eres de las que creen que las tías buenas venden más entradas que las feas?" Y se giró enfilando el pasillo sin esperar la respuesta. Este chico es que siempre ha sido un poco rarito.

Johnny avanzó por el camino indicado y llegó a un patio ajardinado que hacía las veces de sala de espera. Mientras buscaba un sitio donde acomodarse a aguardar a su abuela, Depp reflexionó sobre el incidente que le había traído al sanatorio.

Aunque la gente se sorprende a menudo de lo raras que son las cosas, lo cierto es que son de lo más normales. Hay bien poco de qué sorprenderse. Una buena noche -que no una Noche Buena; la puntualidad no es lo mío, ahorraos las collejas-, se celebra una cena familiar. Johnny es uno de tantos vástagos del tupido ramaje del árbol genealógico que se congrega alrededor de una mesa abarrotada de viandas. Con los vinos la cosa se caldea y ya se sabe, llegados a la tarta de arándanos de los postres, alguien empieza a cantar Day-O de Harry Belafonte. Que si banana parriba, que si banana pabaho. En otro contexto, tanto bananeo quedaría más bien grosero, algo para que lo cantara la Carmen de Mairena, ya me entendéis. Pero Day-O y su interminable procesión de plátanos es algo que no puede remediarse cuando Johnny Depp se reúne con los suyos. Como decía su tía abuela entre lágrimas de risa, la inconmensurable Jessica Bighead: "Yo sufro mis hemorroides en silencio, pero estas bananas no me las perdería por nada del mundo".

Es el tributo que tienen que pagar los actores. Actuar es reiterar, ya lo dijo un actor tartamudo. En tan insistentes situaciones, Johnny ponía su mejor sonrisa de circunstancias y levantaba las palmas de las manos en ese conocido gesto conciliador de nomhagaisestoporfavócagonlaputa, como si su tímido intento de frenar el tremendo subidón colectivo no estuviera condenado al fracaso desde antes de producirse.

El tío Oswald, el mismo que ganó las quinielas de la Super Bowl el pasado año, rojo como un tomate Wioming congestionado, se mete en su condenado papel de histrión master class y, en un intento de reproducir lo que sucediera en la cena de Bitelchús, hunde su redondo careto sureño en su acogedora porción de tarta de arándanos. Ya sabéis, lo hace un poco esperando que todo el mundo le imite en el siguiente estribillo. Yo me tiro al pozo, oh, qué gozo. No va a salir una mano roja del plato ni nada de eso ¿vale?, más bien él espera que la mano se la echen los demás, que por ahora andan partiéndose la caja con esa cara suya, ahora ya más colorada que nunca, y que sonríe de oreja a oreja mientras sigue cantando Day-O como un poseso.

Pos eso: ¿que quién se va a negar a compartir el contagioso entusiasmo del tito Oswi?, ¿cómo evitar olvidarse de las permanentes de cincuenta dólares y de las corbatas de seda para lanzarse a vivir ese momentazo? ¡Hala, todos con las caras en los pasteles de arándanos! ¡Vamos allá!¡Hasta la abuela!

Sólo que... la abuela no levantó la cabeza del plato. Alguien abrió la veda del grito pelao y todos comenzaron a aullar: ¿Abuela, qué te pasa, qué coño haces? Abuela, ¡Abuelaaa!

La cabeza de la abuela Lu reposaba sobre el dulce lecho de bizcocho, grosella y arándanos, como si su última voluntad hubiese sido alcanzar un coma diabético por inmersión. Alguien tuvo la inteligencia de sacarla de allí antes de que se ahogara y se produjo entonces el particular festival de sirenas de colores propio de estos casos, que ya propugnara María Jesús y su funesto acordeón: ambulancias por aquí, patrulleros por allá, vamos todos a bailar.

Ésa fue pues la última cena lúcida de Lucrecia Gallager, madre de 5 hijos, abuela de 8 nietos (uno de ellos reputado actor de cine), bisabuela de 3, tatarabuela de 2, profesión: fabricante en serie de chalecos y bufandas de punto de cruz y cinturón negro en encaje de bolillos. A partir de ahí sólo decía "qué risas" y "qué rico". Eso sí, lo decía a todas horas.

Y ahora el bueno de su nieto Johnny ha aparcado el estudio de la quinta entrega de las aventuras de Jack Sparrow para hacerle una visita en Tallahassee. En realidad Deep habría dejado sobre la mesa ese guión de mierda que ya se sabía de memoria incluso para tumbarse un par de horas sobre una cama de clavos. Cosa que jamás confesaría públicamente. Por algo es un porfesioná que reniega de sus tendencia masoquistas.

Se está bien allí. El rumor del tráfico queda lejos. Sólo uno solo y el sol solo. Y la adormecida quietud, unos pájaros cantando en la cercana arboleda, el olor de la tierra mojada y el césped. Y nosotros les llamamos locos a ellos. Algunos majaras se cuentan los dedos mientras pasean pacíficamente entre los árboles, o le cuentan su historia a la tapia del fondo, mientras le dicen: estás como una tapia, como una tapia. Johnny se dirige a un banco que surge de la nube de palomas blancas y se sorprende entonces al ver allí, sentado con las piernas cruzadas y dando de comer mendrugos de pan a los pájaros, al genuino Gene Wilder.

El bueno de "Ojitos" Gene se está fumando un truja de maría de no te menees y quítese usté el sombrero. Mientras, deja vagar su mirada azul por el horizonte azul, sonríe al recién llegado y le invita con un gesto a sentarse a su lado. Se parece un poco bastante al gusanito del narguile de Alicia en el País de las Maravillas. Le falta el brazo izquierdo. Y está un poco más gordo de como Johnny lo recordaba. Depp se dice: "Este gusanito tiene shisha", y se sienta a su lado. Gene rompe el silencio:

- Las llaman las ratas del aire. ¿Qué le parece? Pero yo les tengo abierta simpatía. Claro que también se la tengo a las otras ratas, a decir verdad.
- Hola, qué casualidad, soy Johnny Depp-, articula torpemente nuestro amigo, tendiendo su mano. Gene se la estrecha lánguidamente mientras se presenta, ceremonioso:
- Apuesto a que estás pensando que menos mal que no soy zurdo. Encantado de conocerte, súperJohnny. Yo soy el genuino Gene. Genuino y judío, como los Levi´s Strauss. -Tras una larga calada de pausa, pregunta;- ¿Qué cosa es una casualidad?¿Que te llames Johnny Depp?
- Pues hombre, supongo que sí. Pero no me refiero a eso. Me refiero a que los dos seamos actores. Quiero decir, ¿qué hacen dos actores en un psiquiátrico?
- Bueno, supongo que esperan a que ingresen todos los demás.

Los dos soltaron una carcajada ante la ocurrencia. Gene le ofreció el peta a Johnny. Éste rehusó diciendo que no mucho más tarde tendría que conducir. Pero en realidad es que no podía soportar la idea de que su abuela le pillara tó fumao y le dijera eso de "qué risas", "qué rico". A partir de entonces la marihuana sería algo tan difícil de digerir como el pastel de arándanos.

-¿Cómo perdiste el brazo, Gene?
- Algunos experimentos no salen del todo bien, muchacho. Pero bueno, ya me rulo los canutos con una sola mano que soy un arte. ¿Sabes por qué me gusta tanto actuar? Porque actuando no soy manco, jajaja. Lo del brazo es una larga historia, ya te contaré.

Al poco, los dos actores están hablando de Charlie y la fábrica de chocolate, pues en sendas versiones encarnaron al chocolatero Willy Bonka.

-Me inspiré en tu actuación para construír mi personaje, -confiesa Depp.-Es una historia tan aparentemente sencilla... Roald Dahl era un maestro en eso, contar historias aparentemente sencillas. Un chico llamado Charlie gana un sorteo para participar en un concurso. Y finalmente gana ese concurso también. The-end.
-Dicho así haces que el premio parezca una mierda tan grande como la propia historia de América, my-friend.
-Justo, tú lo has dicho. Lo importante para que un premio sea bueno no es el premio en sí, sino que el que lo recibe lo merezca. Fíjate si no en la noche de Reyes.
-Lo importante para que un premio sea bueno, muchacho, es que yo te pregunte por una marca de agua y tú respondas Bezoya. ¿Además, a qué viene eso de la noche de Reyes, chaval? Pero si tú y yo somos de Papa Noeeel, ¿qué me estás contando? Además, que ni tú ni yo ganamos ningún Óscar, así que olvidemos los premios.
-¿Tú querrías un Óscar?
- Bueno, he oído que con la empuñadura de la espada se saca uno muy bien el cerumen de los oídos. Aunque me apaño con el capuchón del boli bic, supongo que no es exactamente lo mismo.
-Bueno, a lo que iba, que a veces una historia de apariencia sencilla tiene mucha más sustancia que muchas de esas mierdas que te envuelven a veces en papel dorado, como si se tratara del preciado chocolate Wonka. Pero sólo el buen chocolate resplandece, a pesar de que su envoltorio pueda ser una porquería. Resumiendo, en las buenas historias y en las buenas personas, lo que cuenta es el interior.
-Tío, eres un filósofo. Ten cuidado con que no te oiga ninguna de esas enfermeras que pululan por aquí o no te dejarán salir. Bueno, verás, a mi esta mierda me la han envuelto en plastiquito.-Dice Wilder señalando su bolsita de marihuana.-Pero te sigo, mi amigo, te sigo. Y acepto chocolate como mierda de compañía. Eso tiene gracia, mira, dos actores hablando de fábricas de chocolate mientras se fuman un canuto. Los bosques no nos dejan disfrutar del árbol ¿Seguro que no quieres un poco?
-Bueno trae pacá, con lo zumbao que estoy, tampoco se va a notar. Aunque ya te he dicho antes que mi abuela va a venir pronto.
-Ah, conque era eso, que es tu abuela la que conduce al volver. Pues haberlo dicho antes, hombre. ¿Cómo te iba yo a tentar con esta maría de efecto telepático, que aun sin probarla ya le lees la mente al menda que se está rulando el mai a ocho bancos de distancia? ¿Cómo te iba yo a ofrecer esta hierba superpotente de efecto retardado, de la que ya te has echao pal cuerpo siete caladas, con sus correspondientes bises cortos, que parecía que no fumabas y no me has dejao ni husmear la huella de tu uña impresa en la cartona? Si llego a saber que la que conduce es tu abuela, con lo mal que conduce la ancianidad y el respeto que le tengo yo a la tapicería de los coches caros...

Así estuvieron hablando de lo humano y lo divino hasta que Depp dijo, rascándose el paquete sin disimulo:

- Me encuentro un poco raro. Todo esto es un poco raro.

En ese momento, brotó como de la nada una enfermera acompañada del brazo por una temblequeante ancianita sonriente.

-Qué risas. Qué rico.

Deep logra decir:

- Fe frefento a mi buela, Gene genuino.
-No me digas. Un placer, señora.-Wilder inclina con elegancia la rubia cabeza, sembrada de canas a partes iguales. En un aparte le dice a Johnny: -Tío, los genios aparecen cuando frotas una lámpara. Y tu abuela aparece en cambio cuando te frotas el paquete. Ten cuidado con eso o tus próximos encuentros sexuales van a quedar arruinados.

Deep se levanta tambaleandose con asmática risa perruna. Antes de despedirse y marcharse a otra parte a que su abuela le diga "qué rico, qué risas" cuatrocientas veces más, Johnny consigue balbucear:

-A frofósito, Gene, ¿qué haces tú aquí?
-Esperar mis recambios, muchacho, jajaja. Llevo aquí mucho tiempo. Fuera no hay ya nada que me interese Un viejo oxidado como yo funciona mejor si se ve rodeado de otros cacharros rotos. Entro y salgo casi cuando quiero.

-Me ha alegrado fumar contigo.
-Lo mismo digo. Y procura no hacer más Piratas del Caribe o mandaré a mi fantasma que te persiga eternamente.
-Glups. Bueno, tú no te cortes.
- Jajaja, eso ha tenido gracia.

Esta es la excéntrica anécdota que refirió el estrafalario Gene Wilder al estrambótico Johnny Depp durante su breve y fructífero encuentro en el sanatorio mental de Talahassee, Lousiana.

Mr. Wonka, como gustaban de llamarle quienes no le conocían a fondo, que eran todos, tomaba una copa de queipiriña helada sentado frente a un buen fuego. Mientras tanto repasaba una vieja edición del News Sciences. Entonces dijo sin venir a cuento:
- Interesante, muy interesante.
Y pulsó el botón del llamador ostentóreo para requerir la presencia de su principal umpa-lumpa, Ergonom Tercarius. Un llamador ostentóreo es un modelo de bocina con forma de belfos equinos, encastrada en un busto que emula a la perfección, vaya usted a saber por qué, la efigie del difunto Jesús Gil y Gil. Y he de decir que emular es un verbo muy adecuado en este caso.
Ergonom apareció presto, obediente al rechinante relincho que se expandía por toda la mansión, reverberando en cada una de las innumerables alcobas. Mansión sita, aclararé, en el barrio más pijo de toda la ciudad. Por lo que Mr. Wonka suele llamarla La Mansión-sita. La rápida comparecencia del lacayo, dada la exigua longitud de sus piernas, no sólo era de agradecer, sino que resultaba además muy meritoria.
- ¡Qué lástima que no vivamos en España!-, dijo enigmático al presentarse.- En qué puedo servirle, señor.
Mr. Wonka no pudo evitar soltar un par de carcajadas al mirarle.
- Lo siento,...-, empezó a decir. Mas no logró continuar porque en este punto le interrumpió el umpa-lumpa.
- Lo sé, lo sé... Sé que lo siente pero que no consigue usted acostumbrarse al hecho de que yo sea un divertido enano con unas características faciales que mueven a la hilaridad al más impasible de los hombres. Siempre dice lo mismo para justificar esos repentinos ataques de risa. Pero si no le importa, señor mío, podría ahorrarse esta aclaración cada vez que se descojona cuando nos encontramos.
Mr. Wonka se enjugó las lágrimas que el discurso del melindroso lacayo había sembrado en sus melancólicos ojos (no eran lágrimas de pena, debo aclarar) y pasó por alto el hecho de que su subalterno empleara el término "señor mío" en lugar del infinitamente más apropiado "mi señor". Incluso pasó por alto alguna otra cosa. Después de todo se estaba riendo del pobre enano en sus propias narizotas.
- Te he hecho llamar, mi estimado Erodom, porque un invitado involuntario ingresó hace apenas una hora en la cámara de concienciación del descatalogador personal flexer-geiser. Como sabes, los visitantes voluntarios cada vez son más frecuentes en nuestra humilde morada.
Ahora fue el umpa lumpa el que hizo un esfuerzo por obviar la vinculación del término humilde a la inmensa morada de Mr. Wonka. Aún le dolían los brazos de la última vez que había limpiado los ventanales, hacía sólo veinte minutos. Y eso que eran veinticinco umpa-cleaners en el equipo de limpieza.
- Lo sé, señor, está a buen recaudo. -Invitados involuntarios, según el expediente 1534 relativo a habitantes autorizados de las instalaciones WONKA, son todos aquellos que se invitan a venir aquí en contra de nuestra propia voluntad. Tenía uno de ellos en la cámara del descatalogador, a unos 8 kilómetros de pasillos de distancia.
-Ojalá vivieramos en España, señor.- Repitió Erodom finalmente, como un autómata.
- Sí, bueno. El caso es que se están convirtiendo en una maldita plaga. Recuérdame que modifique la calificación de invitados involuntarios por esta otra de nuevo cuño de indeseables voluntarios. Notablemente más ajustada a la realidad. Me pregunto por qué tengo que soportar la visión de un indeseable voluntario humano, siendo que hace años que no disfruto de la visión de una cucaracha, tan divertidas ellas, con sus largas antenitas y sus carreras frenéticas. Recuérdame también que ordene a los umpa-cleaners de la zona de aseos que dejen de fumigar insecticidas por unos meses. Los cambios son agradables.
- Bueno, señor, en España acaba de ganar la derecha las elecciones...
- Y eso a qué viene, mi estólido amigo. - Interrumpió velozmente un sonriente Mr. Bonka. Aprovechaba la menor ocasión para lucir dentadura, el muy desalmado.- Como te iba diciendo, nuestro visitante voluntario se ha colado en la cámara del descatalogador personal. El flexer-geiser está en periodo de pruebas, cierto. Y no se me ocurre mejor ocasión que inaugurar el nuevo año con su puesta a punto definitiva. Así que ordena a todos los umpalumpasteleros que se congreguen de inmediato en el área de fabricación del descatalogador.

Ergonom asintió horrorizado. El descatalogador había sido llamado así por su inquietante manía a no dejar títere con cabeza. De ahí su nombre. Literalmente, descatalogaba a todo bicho viviente que hubiese cometido la imprudencia de ingresar en sus dominios. Mientras Ergonom andaba hacia la zona de producción del descatalogador e iba haciendo llamar a todos sus umpatécnicos y umpalumpasteleros, y encargaba la harina y la umpalevadura necesarias, repasó todo lo que sabía sobre el descatalogador personal flexer-geiser. Lo que no era mucho, a decir verdad. El funcionamiento del artilugio era simple pero eficaz, al menos en lo que se refería a su sencilla puesta en marcha y a su impecable productividad. Lo que acontecía en su interior era en cambio un absoluto misterio, excepto para la maquiavélica mente de su creador, el gran Willy Wonka. Hasta entonces sólo se había probado el descatalogador con ardillas nogaleras. Con resultados que oscilaban entre el fracaso más estrepitoso y el estuvo cerca pero no pudo ser. Ergonom sospechaba que también debía haber caído en sus garras algún umpa-lumpa despistado, convencido por las aviesas promesas de un aumento salarial por parte de su patrón si realizaba la limpieza de la cámara de concienzación del descatalogador personal o realizaba algún ajuste improrrogable. Ningún plus de peligrosidad pagaba eso, en su opinión pero siempre había algún incauto que creía lo contrario.

Esta vez lo que había en la cámara de concienciación era un invitado involuntario, es decir alguien que había decidido dar un paseo turístico por La Mansión sita. Motu proprio, sin que mediara el consentimiento de su legítimo propietario. Esta clase de polizones a bordo desencadenaban la ira más despiadada de Willy Bonka. Así que si el destino no hubiera deparado de forma casual que aquel señor acabara con sus huesos en la cámara de concienciación, habría sido el propio Willy Wonka quien lo habría confinado allí después de que alguno de sus umpadoberman lo hubieran localizado. En la cámara de concienciación se cumple la fase preparatoria del proceso de descatalogación personal. Fase absolutamente imprescindible, dada la necesidad de que el sujeto se preste a la operación totalmente relajado. Asímismo, como las facultades del sujeto deben estar plenamente operativas, el uso de anestésicos es del todo desaconsejable. En una pantalla aparecen las solícitas caras de Mr. Wonka y Ergonom, que explican al interfecto en voz suave y pausada en qué va a consistir la mencionada descatalogación. Hay tres tubos, dos de ellos de unos 30 cm de diámetro, colocados en paralelo uno junto al otro. El otro, cotangente respecto a los otros dos, de unos 45 cm. El conjunto recuerda vagamente al rostro de Mickey Mouse visto de frente, su cara redonda coronada por sus redondas orejas. Se le explica al interpelado que la puerta de entrada en la cámara de concienciación tiene un sistema de cierre de seguridad que sólo se desactiva cuando el mismo volumen de masa que la ocupa pasa por esos tres conductos redondos hacia el exterior, se explica asímismo que no es posible introducir otra cantidad de materia de su mismo peso (preferiblemente un objeto inanimado) en la cámara para que la puerta se abriera, puesto que en tal caso la cantidad que debería pasar por esos agujeros hacia el exterior sería justo el doble, y así sucesivamente, vamos que a la máquina no le da el truco del cambiazo ningún trilero titulado en Harvard. Se convence al sujeto de que perder la calma no va a facilitarle las coooosas y se le recomienda meter sus extremidades superiores en sendos agujeros para que la máquina pueda empezar a realizar su trabajo, cual es cercenar limpiamente los brazos, piernas y cabeza del sujeto para volverlos a unir en la parte superior con una innovadora técnica de microcirugía por fisión molecular. Finalmente se le dice que es un procedimiento con fines meramente disuasorios, doloroso, desde luego, pero inofensivo en última instancia, que tiene como único propósito dejar una huella indeleble en la psique del prisionero para evitar que toda clase de intrusos puedan colarse en el futuro en las inmediaciones de la fábrica WONKA. Se elude comentar el insignificante detalle de que hasta la fecha la microcirugía por fisión sólo ha funcionado en un ejemplar de procesionaria de los pinos. El camino de la ciencia es largo. En una mesa del habitáculo hay una chocolatina con efectos tranquilizantes.

Al mirar por el grueso cristal redondo que separa la cámara de concienciación del exterior, Ergonom no puede evitar exclamar:
-¡Coño, pero si es Gene Wilder, el genuino!-. "Ojitos" le sonríe tímidamente desde el otro lado del cristal. -Mi rubio amigo, me temo que pronto te van a hacer falta unos recambios.

Crítica: Underworld 4: El Despertar

No me cansaré de repetirlo una y otra vez, -parece mentira que tenga que hacerlo, pero me veo en la obligación de insistir en este punto porque parece ser que hay personas que aún no han comprendido de qué va el asunto-.

Hay dos grandes grupos de películas: las artísticas y las comerciales.

Las artísticas se caracterizan básicamente por –supuestamente- tener una buena e interesante historia, unos personajes muy trabajados, un uso muy inteligente de las herramientas cinematográficas y por hacer que el espectador piense y reflexione sobre lo que se le está contando.

Las comerciales sin embargo poseen otro tipo de características que son esencialmente las contrarias a las de las películas artísticas. Incluso podrían reducirse a una muy, muy básica: entretener.

‘Underworld: el despertar’ (‘Underworld: Awakening’, Mans Marlind & Bjorn Stein, 2012) pertenece al segundo grupo.

Dicho esto, doy por hecho que a ningún espectador o lector le dará por ensañarse con una película que lo único que pretende es entretener y hacer disfrutar al espectador veterano y fiel seguidor de esta saga de licántropos y vampiros.

Esta nueva entrega es la que menos metraje tiene, no obstante es la que alberga más tiros, más golpes, más acción, más combates cuerpo a cuerpo, más sangre, más violencia y más brutalidad.

Eso es a lo que hemos venido, a que nos den cuanto más mejor. De hecho, yo diría que los que somos fieles seguidores de la saga Underworld no esperábamos casi nada de esta cuarta entrega, y sin embargo, hemos salido más que satisfechos de la sala del cine.

Entretenida a rabiar y violenta hasta decir basta, la película se pasa en un suspiro y deja un agradable poso en el espectador, una sensación de no haber sido insultado ni ofendido sino todo lo contrario. Ofrece exactamente lo que se le pide.

En ese aspecto, ‘Underworld: El Despertar’ cumple con creces.

Lo que más me ha gustado: su frenético ritmo y sus abundantes escenas de acción y violencia.

Lo que menos me ha gustado: queda poco de la original.

lunes, 30 de enero de 2012

"MS One: Maximum Security", me suena un tal Plissken

De Francia y de la productora de Luc Besson, nos llega “MS One: Maximum Security” una cinta de ciencia ficción que anteriormente era conocida bajo el título de “Lock-Out”. La película fue escrita y dirigida por James Mather y Stephen St. Leger, el guión ha sido escrito por ambos junto al cineasta francés Luc Besson (“León el profesional”, “El Quinto Elemento”), y cuenta con las interpretaciones de Guy Pearce (“Memento”, “Don’t be afraid of the dark”), Maggie Grace (“Perdidos”), Peter Stormare (“Undocumented”, “Insanitarium”, “Dylan the Dog”), Joseph Gilgun (“Misfits”), Lennie James y Vincent Regan.

Presentada como un thriller de ciencia ficción repleto de acción y con excelentes efectos especiales, la película transcurre en una prisión en órbita a 50 millas de la Tierra, donde se albergan a 500 de los más peligrosos criminales. Éstos son mantenidos en sueño artificial a través de una sofisticada tecnología, hasta que algo falla y todos se despiertan. La hija del Presidente de los EUA, llega a bordo de la estación justo en el momento que un violento motín estalla y es tomada como rehén por los internos. “MS One: Maximum Security” se estrenará el 20 de Abril en Estados Unidos. Abajo os dejo el nuevo y potente tráiler americano que acaba de salir.

Un hombre es condenado injustamente de conspiración y espionaje contra de los Estados Unidos. En lugar de ser encarcelado recibe una oferta difícil de rechazar: su libertad a cambio de que rescate a la hija del presidente que ha quedado atrapada en una prisión especial que ha sido tomada por los presos…

domingo, 29 de enero de 2012

"The Hunter", ¿Qué es eso de las especies protegidas?

Basado en el best-seller de Julia Leigh, llega el primer tráiler de “The Hunter”, un thriller de supervivencia protagonizado por el siempre formidable Willem Dafoe (“Antichrist”, “4:44 Last Day on Earth”). Bajo la dirección del australiano Daniel Nettheim, el film narra la historia de un despiadado mercenario que viajará desde Europa a los fríos bosques de la isla de Tasmania, para matar al último ejemplar de Tigre de Tasmania que se creía extinguido, una vez allí peligrará su vida, su salud mental e incluso se cuestionará su despiadada profesión. Sam Neill y Frances O'Connor completan el reparto protagonista.

Parece que este año no nos faltará nuestra pertinente dosis de películas de supervivencia tipo “el hombre contra la naturaleza”, ya que recordemos que este año también podremos ver “The Grey” que protagonizará Liam Nesson. “The Hunter” ya se estrenó en el Festival de Cine Internacional de Toronto, acaba de ser lanzada en formato DVD en Suecia y será estrenada de manera limitada en algunos cines de USA el 6 de abril.

Martin (Dafoe), es un frío y eficiente mercenario que viaja a las álgidas tierras de Tasmania, contratado por una empresa que se dedica a la investigación biotecnológica, en búsqueda del último ejemplar de Tigre de Tasmania. En aquellos parajes, el solitario cazador tomará contacto con una familia defensora de los animales, los cuales harán cuestionar su inhumano oficio y complicará su misión…

Crítica: Undocumented

Espalda Mojada es un término que se utiliza en Estados Unidos (Wetback también vale) para denominar a los inmigrantes, principalmente mexicanos, aunque vale para todos los hispanos en general, que intentan colarse en la tierra de las oportunidades cruzando la frontera de forma ilegal. Tan curiosa nomenclatura, nace de tiempos pasados, de cuando dichos inmigrantes intentaban pasar a Texas desde México cruzando el Río Bravo a nado o caminando a través de él, por lo cual, obviamente, se mojaban, entre otras cosas, la espalda. Esta pequeña clase de “historia” americana, me viene de perlas para romper el hielo, acercarme a entablar amistad (lo de “¿Estudias o trabajas?” nunca ha sido muy de mi agrado) e invitar a una copa, a esa interesante morenaza de apellido “Cumented” y de nombre “Undo” (si, es el mejor chiste que se me ocurre un Domingo a las 11 de la mañana, amén de un clarividente presagio de la “calidad” de las líneas que van a componer esta crítica) que lleva ya un ratito guiñándome el ojo desde la otra punta de la barra (luego descubrí de la peor de las maneras, que la chica tan solo tenía un tic, pero esa, es otra historia).

sábado, 28 de enero de 2012

"Grabbers", A la salud de los invasores

El director Jon Wright (“Tormented”) ha presentado en el Festival de Sundance 2012 su nueva película, “Grabbers”, una comedia de terror irlandesa escrita por Kevin Lehane. La película se inspira en otras del género como “Temblores”, “Gremlins” o “Shaun of the Dead”, y quiere rendir culto a las monster movies de la vieja escuela y a los tentáculos de Lovecraft. Una propuesta gamberra que cuenta con un argumento de lo más desternillante en donde se mezclan monstruos alienígenas e irlandeses borrachos, por cierto, mediante el boca-oreja previo a su pase en Sundance se señaló a la cinta como un nuevo fenómeno al estilo “Attack the Block” .

Por otro lado, Wright habló en Sundance de su nuevo proyecto titulado “Our Robot Overlords”, el director contó que había soñado con los dos primeros minutos del film y que al despertarse pensó, “esto es bueno”. El próximo film de Wright nos situará en Inglaterra, tres años después de una invasión de robótica, y la historia se centrará en las aventura de un joven muchacho.

Pero no nos desviemos del tema y volvamos con “Grabbers”, la película ha tenido una gran acogida por parte de quienes pudieron verla en Sundance el pasado 23 de enero, quienes la tachan de revolución, de una auténtica maravilla, y no en vano ya cuenta con una excelente nota en el portal imdb. En la película veremos a gente como Richard Coyle, Ruth Bradley, Russell Tovey y David Pearse, pero de momento no ha salido tráiler, así que os dejo con un clip de la película, eso si, no dejéis de leer la sinopsis…

La rutinaria y tranquila vida diaria que lleva Ciarán O'Shea, un policía de la idílica aldea de Erin Island, quien pasa las horas en el bar con los lugareños borrachos, se verá truncada cuando comiencen a aparecer ballenas muertas y pescadores decapitados. Ciarán junto a la oficial Lisa Nolan, descubrirán que la isla está siendo invadida por unas criaturas de enormes tentáculos que se alimentan de sangre. Después de otro feroz ataque alienígena, los policías se darán cuenta de que la única persona que sobrevivió al ataque estaba muy borracha, ya que el alcohol en la sangre resulta ser tóxica para los invasores. Ante la noticia, los lugareños muy gustosos se mantendrán ebrios para lograr sobrevivir a los ataques. Sin embargo, alguien debe mantenerse sobrio para controlar la situación y lograr salvar la isla…

Crítica: La Hora Más Oscura

Aquí tenemos otra película de invasiones alienígenas que destruyen ciudades enteras y grupo de supervivientes (están todos, el guapo, la guapa, el amigo del guapo, la amiga de la guapa –que también es guapa-, el friki, el cachas, el nervioso, etc.) que se organizan –más o menos- y luchan contra los malvados invasores del espacio.

viernes, 27 de enero de 2012

"Brake", Stephen Dorff tras los pasos de "Buried"

Hace dos años sufrimos lo indecible junto a Ryan Reynolds en “Buried” de Rodrigo Cortés. Ahora volveremos a pasar claustrofobia con “Brake”, pero en esta ocasión sufriremos junto a Stephen Dorff (“The Gate”, “Botched”) que en vez de en un ataúd se encontrará encerrado en el maletero de un coche.

La cinta está dirigida por Gabe Torres (“December”), y dicen que será una mezcla entre “Buried” y “Saw”, la cinta fue rodada en tan solo once días y parece que quiere subir la apuesta de Cortés mediante un reloj con cuenta atrás y unos explosivos.

Jeremy Reins, un agente secreto, despierta dentro del maletero de un coche y descubre que forma parte de un gran atentado terrorista con coches bomba que volarán por los aires en Washington. Reins no será liberado hasta que les cuente la secreta localización de Roulette, el lugar donde el presidente se esconde en caso de atentado terrorista, pero si decide permanecer callado le tocará sufrir hasta la muerte...

“Brake” será lanzada en formato doméstico el 17 de febrero, aunque se estrenará de manera limitada en algunos cines de USA el 23 de marzo. Aquí tenéis el tráiler.

jueves, 26 de enero de 2012

"Raze", pelea de damas a vida o muerte

Tenía pendiente hablaros de “Raze”, una cinta que ha sido descrita, ni más ni menos que como una mezcla entre “El Club de la Lucha”, “Hostel” y “Eyes Wide Shut “, y que además está protagonizada por Zoë Bell (“Death Proof”, “Kill Bill”) y Rachel Nichols (“Conan”, “P2”). Según su director, la película reflejará algo parecido a un día cualquiera de los que vivieron los gladiadores, en este caso gladiadoras urbanas, y los acontecimientos se irán sucediendo como si fuera en la antigua Roma, solo que en ésta será en el subsuelo y en la más absoluta clandestinidad.

“Raze” esta dirigida por el debutante en el largometraje Josh C. Waller y escrita por Kenny Gage y Louis Iacoviello. Aunque los detalles sobre la cinta sean muy escasos, una cosa está clara, que una de las protagonistas sea Zoë Bell, una de las mejores dobles de acción que hay en la actualidad, significa que vamos a ver muchas, pero que muchas patadas en el culo y que nadie se librará de recibir una buena tunda.

En el promo tráiler que tenéis abajo, se puede ver como las dos luchadoras explican sus sentimientos acerca de los combates y como se ven inevitablemente destinadas a matarse la una a la otra para conseguir salir de allí con vida. La película será lanzada en breve en los Estados Unidos, y presumiblemente se paseará por diversos festivales.

Una joven es secuestrada por una sociedad secreta y elitista y se despierta para encontrarse en compañía de cincuenta mujeres que, al igual que ella, están obligadas a luchar por sus vidas en un infierno inimaginable…

miércoles, 25 de enero de 2012

Crítica: Sherlock Holmes: Juego de Sombras

Me gusta Guy Ritchie y me gusta su cine. He visto todas sus películas, -a excepción de ese vehículo para el lucimiento de su entonces mujer Madonna que fue ‘Barridos por la marea’ (‘Swept Away’, 2002), producto que no tengo ninguna intención de visionar-, y me gusta su estilo “videoclipero”, frenético, furioso y agresivo.

martes, 24 de enero de 2012

Crítica: Pink Floyd The Wall

En 1982 el escritor y cineasta inglés Alan Parker dirigió esta obra cinematográfica basándose en el disco musical ‘The Wall’ del excelente grupo de música Pink Floyd.

Más cercano al videoclip que a otra cosa, el director londinense nos sumerge de lleno en un mundo psicodélico repleto de simbolismos, metáforas y una fuerte crítica a diferentes estamentos sociales y comunitarios.

lunes, 23 de enero de 2012

Crítica: Extinction The G.M.O Chronicles

La voluntad del ser humano, en ocasiones, es débil. Cuantos buenos propósitos nos auto imponemos al comenzar cada “nuevo” año de nuestras vidas. Tengo que dejar de fumar (no es mi caso, pues yo no fumo), tengo que dejar de beber (tampoco es mi caso, yo no bebo) o tengo que darle otra utilidad a un libro (que digo yo, que debe tenerla) que no sea la de posavasos sobre el cual depositar la taza de chocolate de las mañanas en frente del ordenador (y este, si es mi caso). El caso, siendo reiterativo, es que tema libros aparte, otro de mis deseos para este aun jovenzuelo 2012, era dejar de consumir cine independiente de zombies, por que amigos/as, no se vosotros/as, pero yo comienzo a estar hasta las pelotas del tema, joder, pero si encuentro mas frescura e ideas nuevas en el cine porno… quiero decir, que las encontraría en el supuesto imaginario que yo viese cine porno, cosa que como todos sabéis, no hago. Aclarado esto, que luego los de mente mas sucia pueden pensar que me gusta interpretar villancicos con la zambomba, cuando en realidad, a mi lo que me va es la guitarra eléctrica y el heavy metal… bien, pues eso, que la idea es que el subgénero zombie y yo, nos diésemos un respiro este año, ya sabéis, un poquito de espacio, un tiempo de reflexión, no se, igual sería bueno conocer a otras personas… quiero decir, ver otras películas, experimentar nuevos géneros, buscar nuevos horizontes… pero como ya he dicho, la voluntad del ser humano es frágil (en realidad dije “débil”, pero es para que veáis que tengo recursos literarios, una narrativa fresca y dinámica, aunque solo use los libros de posavasos) y a la postre, todos estos deseos se quedan en simples fantasías, sueños húmedos si queréis. La realidad es bien distinta y siempre termina poniendo a cada uno en su sitio. ¿El mío? Pues delante del ordenador viendo una peli independiente de zombies mientras dejo mi taza de chocolate encima de un libro para no dejar huella en el mueble, por que, inculto soy un rato, ahora, a instinto de supervivencia no me gana nadie, por que si mi inmaculada esposa, ve una marca de taza en la madera….

domingo, 22 de enero de 2012

"Loveless Zoritsa", un cuento de hadas al estilo serbio

Parece que “A Serbian Film” no será la única película serbia que vean nuestros ojos, “Crna Zorica”, cuyo título internacional es “Loveless Zoritsa”, es una nueva película que nos llega desde aquellas tierras de hermosos paisajes y de excelentes jugadores de baloncesto, aunque nada tendrá que ver con la polémica cinta de Srdjan Spasojevic.

“Loveless Zoritsa” será un oscuro cuento de hadas con grandes dosis de mucho humor negro, que estará dirigida por el tándem Radoslav Pavković y Christina Hadjicharalambous. La película contará la historia de Zoritsa (Ljuma Penov), una chica de pueblo que parece tener una maldición encima y todo hombre que se acerca a ella muere en extrañas circunstancias, por lo que los aldeanos del pueblo no tardarán en liarla. El tráiler es bastante curioso y la verdad es que siempre es un gustazo ver películas provenientes de lugares poco frecuentes (en lo que a cine se refiere) de Europa. Está previsto que “Loveless Zoritsa” se estrene durante el próximo mes de marzo en los cines de Serbia.

Zoritsa es una joven de campo con una terrible maldición, desde que su primer amor fue arrastrado de forma misteriosa por el río, los hombres de su alrededor se mueren de manera extraña. Los furiosos aldeanos la llaman “the kiss of death”. El caso está en manos de Mane, un terco policía joven recién llegado de Belgrado para trabajar temporalmente en el pueblo maldito. Mane no cree en semejantes historias, el cree que son cuentos de viejas, pero no tardará en tener que enfrentarse a un grupo de campesinos armados y contestar a la crucial pregunta ¿Es Zoritsa una asesina en serie o tan solo una chica ansiosa por enamorarse?...

sábado, 21 de enero de 2012

"Community", el terror viste con capucha y es del barrio

La agencia británica High Point Home Entertainment (responsables de cintas como “Mum & Dad”) se ha hecho con los derechos internacionales de “Community”, una cinta de terror independiente, escrita y dirigida por Jason Ford, un tipo que debutó con “This is Essex”, una película que se metió en el bolsillo a la crítica en varios festivales.

En “Community” dos jóvenes estudiantes de cine (encarnados por la debutante Jemma Dallender y Elliott Jordan) deciden realizar un documental en un barrio periférico conocido por la violencia y las drogas. El Estate Draymen se ha convertido en una leyenda urbana, se cuentan infinidad de historias siniestras, de habitantes extraños, de violencia brutal y de gente que ha desaparecido allí. Por lo visto el barrio está lleno de jóvenes que visten sudadera con capucha, y eso en Gran Bretaña es sinónimo de peligro (véase su paisana “F” para salir de dudas). Los dos jóvenes se adentrarán en la boca del lobo, un mundo de drogas y violencia brutal donde salir con vida es realmente difícil…el proyecto de la pareja se convertirá en toda una pesadilla.

Según afirma la distribuidora, la cinta trata un miedo muy moderno y principalmente urbano que ha sido alimentado por los medios sensacionalistas: el de una juventud drogada que deambula por las calles fuera de control.

“Community” se presentará en el European Film Market de Berlín en febrero. La cinta se encuentra actualmente en fase de postproducción, pero a continuación podéis ver el tráiler que la verdad pinta bastante interesante:

viernes, 20 de enero de 2012

"Resident Evil: Retribution", tráiler de la quinta entrega

Aquí está el tráiler de “Resident Evil: Retribution”, una vez visto he sacado dos cosas en claro, la primera es que Sony ha puesto pasta gansa para ocupar casi la mitad del anuncio y la otra es que la quinta entrega de la saga, que supuestamente será la última, tendrá la el mismo tufillo cafre que las anteriores.

Tras las cámaras volvemos a tener a Paul W. S. Anderson (“Horizonte Final”), director de la primera y la cuarta entrega “Resident Evil: Ultratumba”, guionista de todas las películas de la saga y también marido de Milla Jovovich. Y como era de esperar, Jovovich repite al frente del reparto dando vida a Alice, aunque esta vez también podremos ver a un montón de viejos conocidos, como Barry Burton (Kevin Durand), Rain Ocampo (Michelle Rodriguez), Jill Valentine (Sienna Guillory), o Carlos Oliveira (Oded Fehr). “Resident Evil: Retribution” ha costado 90 millones de dólares, lo mismo que “Millennium: Los Hombres que No Amaban a las Mujeres”, siendo así la más cara de la saga con diferencia. La cinta se estrenará en 2D y 3D el 14 de Septiembre. Al final tenéis el tráiler, y no os asustéis, no se trata de un anuncio de Sony ¿o tal vez si?.

“El mortal virus T de la Corporación Umbrella sigue devastando la Tierra, transformando a la población mundial en legiones de zombis. Alice, la última y única esperanza de la raza humana, despierta en el corazón del centro de operación más clandestino de Umbrella y descubre más sobre su misterioso pasado mientras ahonda más en el edificio. Sin un refugio seguro, Alice continúa la caza de los responsables del brote, una persecución que la llevará de Tokyo a Nueva York, Washington y Moscú, culminando todo en una tremenda revelación que le forzará a repensar todo lo que creía cierto. Con la ayuda de nuevos aliados y viejos amigos, Alice deberá pelear para sobrevivir lo suficiente para escapar de un mundo hostil al borde del olvido. La cuenta atrás ha comenzado…”

Artículo: Especial El Planeta de los Simios

Vaya por delante una cosa, soy fan de las películas de simios.

Sí sí, así es, disfruto con las películas en las que los simios son los protagonistas.

Desde la divertidamente terrorífica ‘Shakma’ (‘Shakma’, Tom Logan, Hugh Parks, 1990), la mediocre y delirante ‘Congo’ (‘Congo’, Frank Marshall, 1995), la mítica y fundacional ‘King Kong’ (‘King Kong’, Merian C. Cooper, Ernest B. Schoedsak, 1933), los remakes de ésta última, esa fantástica muestra de puro terror que es 'Atracción diabólica' ('Monkey Shines', George A. Romero, 1988), pasando por las cintas de Tarzán (siento predilección especial por la versión que realizó en 1999 la Disney), hasta llegar a esta extraordinaria película que nos ocupa que es 'El planeta de los simios' ('The Planet of the Apes', Franklin J. Schaffner, 1968) –y por descontado sus menospreciadas secuelas, su excelente precuela, (y su infravaloradísimo remake-).

Todas me hacen disfrutar de una manera u otra. Es cierto que muchas de ellas son mediocres, pero incluso éstas merecen la pena, aunque solo sea para soltar unas carcajadas ante el simio de turno y el cúmulo de despropósitos que puedan verse en dicha película (un buen ejemplo de esto sería ‘Congo’).

Sin embargo, ‘El planeta de los simios’ está muy lejos de ‘Congo’ y similares. De hecho, podríamos decir casi con toda seguridad que la película de los simios parlanchines y belicosos protagonizada por Charlton Heston es la mejor película de simios jamás realizada (a mí me encanta, sin embargo prefiero su precuela).

Todo da comienzo con el escritor y novelista francés Pierre Boulle, un ex combatiente que luchó en la Segunda Gran Guerra y que tras finalizar ésta, se quedó a vivir en Asia para, tras unos años, finalmente regresar a su tierra natal.

Pierre Boulle escribió una novela que trataba de una sociedad distópica en la que los simios eran los jefes del lugar y los humanos sus esclavos.

Con ello el francés quería hablar de la naturaleza humana (e inhumana) y de la maldad inherente que hay en todo ser humano (e inhumano).

Como en Hollywood no pueden estarse quietos y no hay novela, cuento, cómic, relato corto, etc, que no pueda no ser “violado” por parte de los productores, pues los mismos, una vez más, no perdieron la oportunidad de llevar a la gran pantalla la novela del francés (y eso que la novela en cuestión no era gran cosa, pero a los mandamases de la industria americana eso no les importa demasiado) y decidieron dar luz verde a su traslación al celuloide. Curiosamente, éste es uno de esos escasos (y raros) ejemplos en los que la película supera con creces a la novela.

Y no es para menos, ya que la película contó con una retahíla de excelentes profesionales técnicos y artísticos que aportaron su granito de arena para ayudar a construir semejante empresa. Entre ellos se encontraban:

Franklin Schaffner, un reputado director norteamericano (aunque nacido en Japón) que realizaría películas como ‘Patton’ (‘Patton’, 1970), -ganadora de 7 premios de la Academia-, la cual contaba la historia del belicoso general norteamericano George S. Patton, la famosísima ‘Papillon’ (‘Papillon’, 1973), con unos formidables Steve McQueen y Dustin Hoffman y que también adaptaba una novela, en este caso de Henri Charrière, o ‘Los niños del Brasil’ (‘The Boys from Brazil’, 1978), otra adaptación de otra novela, en este caso de Ira Levin.

En estas tres obras maestras, Schaffner contó con la colaboración del genial Jerry Goldsmith, sin duda alguna, uno de los mejores compositores de música de todos los tiempos.

Para ‘El planeta de los simios’ el director norteamericano volvió a contar con el compositor de origen judío, volviendo éste a demostrar por qué era uno de los mejores.

Jerry Goldsmith siempre declaraba que prefería componer para películas pequeñas, resulta curioso poder comprobar cómo este genio de la música no es recordado precisamente por esas películas “menores”, sino por películas -casi siempre- famosas y de género.

Ahí están sus maravillosas composiciones para ‘Desafío Total’ (‘Total Recall’, Paul Verhoeven, 1990), ‘Alien, el octavo pasajero’ (‘Alien’, Ridley Scott, 1979) o ‘Atmósfera Cero’ (‘Outland’, Peter Hyams, 1981). ¿Quién no recuerda con especial cariño el mítico tema musical principal de la cinta de ciencia ficción dirigida por Verhoeven y protagonizada por Schwarzenegger?

Otro de los aspectos más destacados de ‘El planeta de los simios’ es el excelente (y en su momento impresionante) maquillaje que se creó para dar vida a los simios.

El especialista John Chambers fue el elegido para tan laboriosa tarea. Chambers había sido protésico dental y corporal. Trabajó creando diferentes partes corporales protésicas para los soldados que habían quedado mutilados durante la Segunda Guerra Mundial.

Chambers innovó de tal manera el panorama de los efectos protésicos, que a raíz de su labor en la cinta dirigida por Franklin Schaffner, en la Academia de Hollywood se creó un nuevo apartado en la Ceremonia de los Óscar para otorgar premios a la labor de maquillaje, inexistente hasta entonces.

Pero tal excelente trabajo, no habría servido de nada si los intérpretes que se encontraban bajo esas ingentes cantidades de látex no hubieran sido igual de excelentes que las creaciones de Chambers.

Por ahí pululaban Roddy McDowall como el amigable Cornelius, Kim Hunter como Zira, la novia de Cornelius o Maurice Evans como el tozudo Dr. Zaius.

Por encima de todos ellos brillaba la estrella de la ciencia ficción del momento: Charlton Heston -interpretando al combativo George Taylor-.

Todos ellos excelentes en sus respectivos roles.

El otro gran aspecto a destacar sería la dirección de arte. En la novela el mundo futuro que se describía era mucho más avanzado y moderno. Obviamente reconstruir todo ese microcosmos futurista de avanzada tecnología habría requerido de un presupuesto enorme y un trabajo titánico.

Es por ello que se optó por todo lo contrario, es decir, por mostrar un mundo apocalíptico, desértico y primitivo. Hay que reconocer que la jugada salió perfecta, porque el mundo creado para ‘El planeta de los simios’ encaja a la perfección con lo que el director pretende contar.

En cuanto a la dirección de Franklin Schaffner nada que objetar ni criticar. El director estadounidense era un ejemplo perfecto de profesional de la industria americana capaz de realizar obras comerciales que a un mismo tiempo hicieran pensar y disfrutar al público. Desde mi muy humilde punto de vista, eso es lo que debería ser siempre el cine: reflexión y disfrute.

jueves, 19 de enero de 2012

Crítica: The Awakening

“El despertar” (“The awakening”) es un melodrama al más puro estilo “Los Otros” (Aménabar) o la más clásica “Suspense” (“The innocents”). Rebecca Hall (“Vicky Cristina Barcelona”) y Dominic West (“The Wire”) protagonizan esta cinta de terror que tiene un buen comienzo pero que nos acaba dejando un poco de mal sabor de boca. Nick Murphy, nos presenta su primer largometraje con un reparto puramente británico, a excepción de Rebecca Hall; de muy alta envergadura. Acompañando a los dos actores principales, tenemos a Imelda Staunton (“Vera Drake”), un joven Isaac Hampstead-Wright (“Game of thrones”) y John Shrapnel (“Notting Hill”).

Por si esto no fuera poco, el productor de dicha película es David M. Thompson, que estoy segura de que os suena; porque es el responsable de pelis como “Billy Elliot”, “Eastern Promises” y “An Education”. Si añadimos a esta mezcla, que el director de fotografía es el barcelonés Eduard Grau (“A single man” y “Buried”); vemos que tenemos un cocktail explosivo y perfecto para servir. Sólo nos falta el argumento y reza así:

Nos plantamos en la Inglaterra de 1921, cuando el país se siente más vulnerable tras las innumerables pérdidas que la Primera Guerra Mundial ha traído consigo. Los ingleses, sienten mucho apego al mundo del espiritismo porque es su única vía de acercarse a los fallecidos. Florence Cathcart (Rebecca), es una escritora que vive atormentada por la muerte de su prometido y acomete la labor de destapar todos los engaños que los “saca cuartos”, aka videntes; llevan a cabo con sus triquiñuelas para hacer creer a los desgraciados, que son fenómenos paranormales reales. Auténticos encuentros con sus seres queridos. En una de estas, su última tarea; uno de los profesores de un internado, Mallory (West); le ofrece visitar la escuela donde dice que se aparece un niño fantasma y descubrir así si se trata de otra farsa más o es un caso verdadero. En un principio, todo apunta a una broma de los niños del internado pero cuando Florence está a punto de marcharse, vive un encuentro sobrenatural que no parece tener la explicación racional que ella busca, para solucionar estos encargos.

Es aquí donde entran el resto de actores. Acompañada de una enfermera del colegio (Imelda), el propio Mallory y un niño cuyos padres no pueden cuidar durante las vacaciones de navidad (Isaac), los cuatros permanecen en el internado para hacer lo posible por sacar a la luz la verdad del misterio que envuelve a este niño-fantasma.

Siendo un internado en una película de terror o thriller, podemos tener por seguro que se trata de un edificio enorme, oscuro, tenebroso y que se encuentra en una localización estratégica. Está en medio de un bosque en la NADA, rodeado de árboles siniestros y que crean la atmósfera perfecta para poner los pelos de punta.

Como thriller, es una película de sustos pero poco más. Cómo película de otro género, ya hablaremos más adelante. Tiene un buen principio, con su energía, su ritmo y su tensión, pero a medida que la cinta va pasando; vemos que no se está desarrollando como debería. En todo caso, la trama de poltergeist empieza a pasar a un segundo plano, mientras que la temática de la soledad, el resentimiento y los dramas personales se van comiendo el foco principal de la historia. Debo confesar que a mí no me pareció una mala idea, ya que películas de espíritus tenemos a patadas, películas de dramas también; pero una mezcla como ésta, no está mal tampoco.

Decepcionante final con la ‘exposición’ que nos muestra Nick como conclusión de la historia, eso sí. A veces, no hay que explicarlo todo. El problema reside en que los finales a lo “Psicosis” están muy de moda y tienen ese regusto de auto-desenlace macabro, los cuales, de no tener ese punto de genialidad, difícilmente terminan funcionando, como es el caso. Igualmente, la interpretación de Rebecca Hall es sublime; esta chica es una actriz nata y a mí me encanta porque se come la pantalla siempre.