domingo, 31 de agosto de 2014

Crítica: The Hypnotist

Ni al punto de ser somnoliento ni fascinante, el thriller sueco The Hypnotist (Hypnotisören) convierte el best-seller internacional de Lars Kepler, adorado por la crítica en una caldera decepcionante de noir nórdico. Aunque el apetito por los libros, TV y películas de esta línea muestra pocos síntomas de disminuir alrededor de Europa y cualquier otro lugar, este cuento ubicado en Estocolmo sobre un viejo lobo policía que investiga un homicidio múltiple con la ayuda de un poco ortodoxo psicólogo, es poco probable que atraiga nuevos reclutas al género. Las expectativas brillan más en Escandinavia, donde Kepler – realmente el nombre artístico del dúo de marido y mujer – se ha posicionado astutamente a la par de Jo Nesbø como herederos del fenomenal éxito que trajeron Henning Mankell y Stieg Larsson. 

Un gancho comercial considerable en el norte es la vuelta a casa del director tres veces nominado al Oscar por la Academia, Lasse Hallström, tras un hiato de un cuarto de siglo en Hollywood que cedió el paso a hits como ¿A quién ama Gilbert Grape?, Las normas de la casa de la sidra y Chocolat. Pero el muy capaz director muestra no tener un estilo particular por el género que previamente había ignorado, sino que nos muestra un producto que parece más el piloto extendido y resbaladizo de una serie de televisión oscura en vez del nacimiento de otra franquicia a gran escala. 

Los productores de The Hypnotist han expresado, sin embargo; esperanzas optimistas que el actor principal, finés; Tobias Zilliacus ofrecerá nada menos que otras siete películas como el investigador arisco y taciturno Joona Linna – la tercera novela de la saga ya está traducida en inglés. 

Desde que ganar el Golden Globe por My life as a Dog (1985) moviera la atención de Hollywood sobre su persona, Hallström ha sido asociado con adaptaciones brillantes de novelas de cultura media famosas, su éxito dependiendo en gran medida de la calidad del guion. Aquí el guion está en manos de Paolo Vaciarca, cuyo único crédito previo en gran pantalla es el spinoff familiar Hotell Gyllene Knorren – una elección sorprendente para el tardío desvío de Hallström al mundo triste del procedimiento policial. 

Y mientras que la novela de Kepler – el año pasado nominada como una de los diez mejores por la revista Time – divide su foco de manera perfecta entre el investigador federal Joona y el psicólogo Erik Bark (Mikael Persbrandt – In a better world), la película falla en encontrar el balance apropiado. Aprendemos poco sobre Joona aparte de que ronda los cuarenta, está soltero, no tiene hijos, y es un perfeccionista dedicado. Mientras que el insomne Bark tiene un cuadriculado pasado profesional, un matrimonio problemático con la artista Simone (la mujer de Hallström, Lena Olin) y un joven hijo, Benjamin (Oscar Pettersson) que es adicto a los videojuegos violentos y tiene un problema de sangre hemofílica. 

El último detalle lanzado a la narrativa con un golpe seco, y cabe decir que se convierte en un giro de guion crucial en las últimas escenas cuando Benjamin es secuestrado por un intruso nocturno. Este malhechor en la sombra quiere prevenir la participación (no oficial) de Bark en el último caso de Joona, que pivota entre asaltos que han dejado a tres miembros de una misma familia cruelmente asesinados y un cuarto adolescente Josef (Jonathan Bökman), comatoso en el hospital. 

Las capacidades de mesmerismo de Bark son tan avanzadas que es capaz de conversar con el chico inconsciente – uno de los primeros desarrollos que restan credibilidad en el aislamiento y que gradualmente se acumulan hasta que en el clímax van rondando sobre un precipicio peligroso de absurdidad. No ayuda que no haya apenas sospechosos a la vista, y que los arenques rojos desparramados en nuestro camino sean tan conspicuamente leves; en una película que se mueve atropelladamente sin llegar nunca a ofrecer un momentum o establecer un personaje distintivo por sí mismo. 

The Hypnotist sin embargo consigue ejercer cierto embrujo gracias al dúo protagonista Persbrandt y Zilliacus, que encuentran productivamente diferentes registros de pesimistas barítonos y serios como dos personajes ligeramente sub-escritos con potencial de crecimiento y profundidad en futuras entregas. El director de fotografía Mattias Montero se mantendrá en el equipo, esperemos; ya que captura un Estocolmo pintoresco y helado hasta la mínima expresión, en una producción cuya intensidad sombría queda más destacada por el score siniestro y no intrusivo de Oscar Folgeström. 

La segunda adaptación de Kepler, The Paganini Contract, está en pre-producción y será dirigida por Kjell Sundvall – quien, como Hallström; obtuvo su mayor exposición internacional dirigiendo videos musicales para súper grupos como ABBA. En contraste con el trotamundos Hallström, sin embargo; Sundvall ha permanecido más como un chico de casa, y es más conocido por policíacos de televisión y cine con su personaje policía Harry Beck.


viernes, 29 de agosto de 2014

Crítica: Locke

Una película que tiene lugar en su totalidad dentro de un automóvil, rodada sólo en ocho noches, que viaja en la noche a través de la M1 a Londres, desde Brighton a Croydon asistiendo a cómo el mundo perfecto creado a su alrededor se desmorona lentamente y va camino de perderlo todo. En toda la película sólo hay un personaje visible, todos los demás que interactúan con él los escuchamos a través del manos libres. Pero como bien dijo John Donne, "Ningún hombre es una isla". Ni siquiera en la autopista. Los faros de los vehículos en la noche, se condensan como hojas de nenúfar flotando en la oscuridad estableciendo la sociedad de los aislados. 

Pensar que una película hecha con esta premisa sería absolutamente fascinante y absorbente, te haría morder las uñas, resultaría cruda y emocional es casi ridículo. Sin embargo, Locke ofrece por completo esto y mucho más de lo que promete, en gran parte gracias al prodigio actoral de Tom Hardy y el vocal de Olivia Coleman (La dama de hierro), Ruth Wilson (Anna Karenina) y otros talentos como Andrew Scott o Ben Daniels. 

Con un presupuesto muy pequeño, este es un testimonio de la profesionalidad del reparto y el equipo y el talento en bruto de Tom Hardy, (conocido por sus papeles en “The Dark Knight Rises”, la saga de Harry Potter, papeles en “El topo”, “Sin Ley”, “The code”, “RocknRolla” y “Origen: Inception”) que hace de la película algo absolutamente increíble, asumiendo el papel de un hombre medio, Ivan, para el que el hormigón es poco menos que su religión. 

Tom es guapo a rabiar, hipnotiza, sí, y con un marcado acento galés, enamora a la cámara y a los oídos (y con una simple mirada o un ligero cambio en su tono de voz transmite el conflicto interno por el que pasa su personaje) y se revela como uno de los mejores actores actuales de Gran Bretaña y que ha resultado toda una sorpresa en la 57 edición del Festival de Cine de Londres y en su estreno en el Festival de Venecia 2013 en la Sección oficial de largometrajes fuera de concurso, en esta suerte de road movie emocional que se sirve a la vez de un viaje en coche y otro al interior de su mente, componiendo un profundo e ingenioso estudio sobre la cinematografía minimalista en su más logrado equilibrio, donde la inmensa carga emocional del personaje central y sus dilemas se modera para no transmitir en un solo segundo una sensación de pesadez insalvable, premiada en los Brittish Independent Awards al mejor guión. (El BAFTA de Hardy está cantado). 

La película surgió de unas tomas nocturnas que Knight hizo para su estupenda Redemption y la idea de construir de forma minimalista una película profunda y densa. 

Todos cometemos errores, especialmente de jóvenes; Sin embargo, se necesita una gran personalidad a veces para reconocerlos y hacer lo que hay que hacer para enmendarlos y arreglar las cosas. Y hay veces que "hacer lo correcto" puede costarnos recorrer un largo camino hacia la recuperación de la autoestima, teniendo en cuenta la forma en que ese camino afectará a los demás. Esto es más o menos lo que le ocurre a Ivan Locke (Tom Hardy) en su coche, de noche. Ivan ha sido un triunfador, jefe capataz de una empresa de construcción durante diez años, cuya compañía con sede en Chicago se está preparando para uno de los mayores proyectos de construcción en su historia y recibe una llamada que lo condicionará de por vida y le obliga a marcharse dejando todo atrás. 

Su jefe Gareth (Ben Daniels), su asistente Donald (Andrew Scott), y otros en su equipo esperan que él estuviera allí a la mañana siguiente para supervisar el proyecto y atender cualquier emergencia que pueda surgir, y es que "No se puede confiar ni en Dios", le dice Donald. Ivan, sin embargo, no tiene claro si volver a casa y para nada confia en ese Dios para que limpie el desastre al que sus equivocadas, o no, decisiones le han llevado. 

Ha elegido estar con Bethan (Olivia Coleman), una mujer a la que conocía sólo de una noche, pero que ahora está en el hospital a punto de dar a luz a su hijo. 

Con la metáfora elegida de la construcción, a lo que Iván se dedica, nos cuenta que cuando fallan los cimientos, todo, absolutamente todo, puede venirse abajo en un momento y sin remedio, y eso es exactamente lo que sucede paradójicamente en la vida de Locke. En su niñez, sus cimientos más profundos, sigue existiendo un fallo, y aunque haya edificado sobre ese cimiento tarado una vida próspera y feliz, todo está a punto del derrumbamiento. Sabiendo por su propia experiencia con su padre muerto, (un padre hippie mujeriego que lo abandonó antes de nacer y al que se dirige a través del espejo retrovisor en un innegablemente sobrio pero efectivísimo recurso narrativo), lo que se siente al ser abandonado por alguien, toma quizás precipitadamente su decisión y, aunque es consciente de que va a afectar a otros tantos, está comprometido y convencido con la elección que ha hecho sin importarle (o al menos demasiado) las consecuencias. El papel de Locke no parece estar diseñado para mantener el interés del espectador a priori. Sólo hay un hombre en la cámara a lo largo de toda la película y eso es un hándicap difícilmente salvable al menos en cuanto a la forma. Toda la “acción” tiene lugar en una noche muy lluviosa en el interior de su flamante BMW, y los únicos diálogos brotan como conversaciones telefónicas durante el viaje en diferente tono. Pero lo que se ve de una manera en el papel, en el fabuloso storyboard que Knight ha mostrado a los medios, sin embargo, en pantalla resulta ser una experiencia totalmente diferente. No me valen las comparaciones con la sobrevaloradísima “Buried” de Cortés, con la que sólo comparte su esencia de “solomovie” y para nada sus trepidantes y trucadas truculencias trepidantes. También “Náufrago” tuvo su momento de “solomovie”, pero al menos en un entorno abierto y mucho menos claustrofóbico. 

En Locke, Knight, autor brillante del guión de Promesas del Este y el de Dirty Pretty Things, ofrece una capacidad desenfrenada de absorción de interés del público, una tensa reflexión sobre las decisiones que tomamos en la vida y cómo no estamos a menudo preparados en absoluto para afrontar sus consecuencias.

Lejos de ser estática o unidimensional, la tarea-brillante, epatante, magnífica- de Hardy llena de tanta vida a su personaje que la experiencia resulta poco menos que fascinante conforme se va involucrando en los errores de su vida y reflexionendo-interactuando con quienes la conforman: su esposa Katrina (Ruth Wilson) y sus dos hijos Eddie y Shaun (Tom Holland y Bill Milner) que le esperaban en casa para ver un gran partido de fútbol con ellos como lo había prometido. Durante los 85 minutos en coche camino del hospital, en la noche oscura que todo lo remueve y enturbia, Iván tiene también que hablar con su agotado asistente Donald sobre las medidas necesarias para que el gran proyecto funcione, mientras trata de calmar a Bethan, la amante ocasional angustiada que ha elegido ser madre y afrontar la reacción rígida e implacable de su esposa ante la que trata de justificarse con que su encuentro fue sólo una vez. "La diferencia entre nunca y una vez es la diferencia entre el bien y el mal," ella responde. Esas voces ajenas representan las líneas de la vida de Ivan, sus conexiones más allá de sí mismo, al igual que el cordón umbilical del bebé se extiende alrededor de su garganta y puede llegar a ahogarlo, porque "la línea de vida es un lazo.".

Pero Ivan no es un sinvergüenza irresponsable y sin conciencia, sino un simple ser humano en tres dimensiones, con el que es realmente fácil empatizar. Tiene su puntito de santo y el de pecador, y siente que está actuando fuera de la integridad que todos esperan de él tratando que al menos le entiendan. Ivan es un mago creador, tanto con el hormigón como con la propia carne. Su esposa amargada afirma que él ama a sus edificios más de su familia, que el hormigón para él "es delicado como la sangre." Tanto hormigón como carne, necesitan ser fuertes, y pueden ser defectuosos. A pesar de todo, con el jari que tiene montado, él es el único que se mantiene en calma a pesar de que los acontecimientos están poniendo a prueba su paciencia y el dolor plano a plano se puede ir leyendo en su rostro. Con un tono fuerte, seguro, entregado en un acento galés-que le es ajeno, ya les digo, es un portento de actuación- bellamente enunciado, él asegura a Donald que puede manejar la responsabilidad del proyecto y llevarlo a buen puerto (a pesar de que Donald ya ha comenzado a beber), y que dejando a Katrina abandona a la persona que más ama y la que más le ha amado. A sus hijos les dice que les explicará todo en la mañana siguiente y que las cosas volverán a la normalidad, pero si simplemente está tratando de ser práctico o realmente es ya carne de delirio es algo que el director nos deja para que el espectador decida.

Lo que está claro es que Locke, lejos de ser un cobarde pusilánime que da un paso adelante y borra el pasado, es, una vez vista toda la situación en su conjunto, gracias al prodigioso y simplista guión, un valiente, que afronta cosas que muchos de nosotros no seríamos capaces de encarar en la realidad y menos con la pesadísima carga-propia de Sísifo-que lleva el protagonista a sus espaldas. Al inmenso talento de Hardy como intérprete, que sostiene al menos el 90% de nuestra atención a lo largo de la cinta y la dirección hábil y profunda, veraz y engañosa a la vez, el trabajo brillante de cámara, distante a ratos, pero que acerca esos primerísimos planos del rostro del prota cuanto mayor es su presión y su agobio. se suman la magnífica fotografía de Haris Zambarloukos, brillante y absorbente, y la partitura de Dickon Hinchliffe (que genera con tino las atmósferas adecuadas), que transforman “Locke”, que podría haber sido una experiencia inconexa, claustrofóbica y sin chicha ni limoná, en una obra multidisciplinar, hipnótica, que invita fácilmente a la reflexión, y en última instancia, muy, muy estimulante. Un thriller diferente, prodigioso, emocionante, claustrofóbico que reflexiona sobre la redención y que probablemente no será del agrado de todos, pero que a este cuervo le ha fascinado de principio a fin, por su simpleza, por estar escrita maravillosamente sin dejar un cabo suelto y pensando ya en la dirección, por su idea y punto de partida simple que en realidad esconde tras de sí un mundo de dolor, engaño y sobre todo, REALIDAD. 

El principio de la cinta está empañado de un sorprendente y misterioso tono melancólico que va mutando, transformándose conforme el cuentakilómetros avanza hasta el thriller más puro, en el que somos el copiloto de Locke en todo momento, y participamos de su impotencia, su miedo y su angustia poniéndonos ya en su propia piel. Es en sí misma, una oda al minimalismo. O de cómo con un coche, un magnífico actor y una historia redonda se puede hacer cine y del bueno con un más que bajo presupuesto. 

Steven Knight, creador del programa de TV ¿Quién quiere ser millonario?, director y guionista de la serie británica “Peaky Blinders” del 2013 y de la también británica “Redención” ese mismo año (donde Jason Statham, además de estar más guapo que nunca borda por primera vez su papel) y futuro director del bombazo-secuela de World War Z, enrola en un coche a un inmenso Tom Hardy (tuvo que dejarse barba para no ser tan absolutamente atractivo como lo es hasta con ella) y a sus problemas, vicisitudes y dilemas durante 84 minutos- la narración de la historia se hace en tiempo real, sin uso de elipsis ni flashbacks-en un camino a ninguna parte, o a todas, o sólo a una, eso ya da igual en una peli en la que hay muchos personajes pero un solo rostro, el del conductor. Y es que “Locke” es una película atmosférica, con la sempiterna cámara enfocada sobre nuestro intérprete principal, captando cada una de las expresiones faciales y gestuales del mismo en una suerte de monólogo. 

Knight establece un notable parangón entre la profesión del personaje y su entorno. Ivan sabe que lo fundamental en todo ámbito reside en la cimentación de una base firme, sólida, para que el armazón no dé lugar a vibraciones que terminen desmoronándolo por completo. Eso sucede en el trabajo, en las relaciones humanas y afectivas, en la vida misma. El director de Hummingbird explora incluso los resentimientos del pasado como huellas que inciden o repercuten de cara al accionar futuro en un sujeto. Ivan se molesta y entristece, pero se siente seguro, decidido, nada aparenta hacerlo cambiar de parecer. Es una suerte en el fondo, de héroe de la mitología actual, que demuestra una integridad, responsabilidad, firmeza y perseverancia, propias de un ser honesto que afronta sus miedos. 

Lo mejor: Su mejor mérito es que con unos cimientos que normalmente deberían fallar, la película no se cae.Una gran película que no defrauda ni a espectadores cotidianos; y menos aun a espectadores especializados, la economía de recursos y la solidez de resultado son abrumadoras. Pero sobre todo, la interpretación de Tom Hardy, la mejor que he disfrutado en años y que consigue que el corazón palpite hasta después de los créditos.

Lo peor: El ritmo de la película no es intenso, se podría decir que es bastante tranquilo pero que está bien equilibrado ya que sabe mantener el interés del espectador en todo momento así como también sabe hacer llegar sus momentos emotivos o dramáticos cuando se lo propone. Es posible que a muchos no les guste el abrupto y quizás ambiguo final, el único realmente razonable para terminar el infierno nocturno de Iván.

Como anécdota, cabe resaltar que Ivan toma su apellido de John Locke, filósofo empírico británico del siglo XVII cuya obra más conocida trata de los límites de la comprensión humana.


jueves, 28 de agosto de 2014

Crítica: Zarpazos: un Viaje por el Spanish Horror

Víctor Matellano ha decidido recuperar todo lo que sepa a cine de terror de los 70, ya sea a través de obras literarias como : “Spanish Horror” y “Spanish Exploitation”, pasando por el documental “Tio Jess” y pasando por la dirección de films como “Wax” y aún en proceso “Vampyres”.

Por un lado, hay que reconocerle el gran esfuerzo de Matellano por recuperar un cine que aún parece ser desconocido para la sociedad española, que aún conciben los años 70 como una época de comedia casposa y de clichés. En este caso, el director del documental plantea un simple recorrido sobre el cine de género que tanto proliferó en los 70, a través de diferentes testimonios como son Lone Fleming, Jordi Grau, José Ramón Larraz, Jack Taylor, Antonio Mayans, Paco Plaza o Eugenio Martín, que explican de forma muy breve sus experiencias con el cine de terror y el impacto que tuvo en el cine español de la época.

Por consiguiente, el documental debe apreciarse desde los albores de la iniciación, ya que sino éste no ofrece mucho y se queda corto en todas sus apartados; es cierto que sigue una estructura bien tramada pero son tan escuetos los testimonios, que uno desearía algo más elaborado y mayormente un poco más argumentado. Se habla de forma demasiado genérica, se hablan de muchos directores y de muchas películas, y cabe destacar el buen gusto del director a la hora de valorar un cine patrio con “pedegree”, ya sea “La Residencia”, “Pánico en el Transiberiano”, “Una vela para el diablo” o de inferior nivel la saga de los templarios.

Pero a pesar de ello, el documental se resiente por no ofrecer un abanico de posibilidades más allá del terror, en este sentido si se hubiera optado por englobar desde una perspectiva fantástica la obra hubiera conseguido mayor envergadura, ya que de esta manera se podrían haber considerado films de otra índole como pudieron ser : “El techo de cristal”, “Manchas de sangre en un coche nuevo”, “El espíritu de la colmena”, “El bosque del lobo” , “Cría cuervos”o “Fugitivos” ; un cine español alejado del género más puro pero muy cercano al fantástico, que hubiera ayudado a dar un nivel más alto al contenido del documental.

Los testimonios ofrecidos y los datos proporcionados se quedan demasiado escuetos, ya que no se propician datos muy novedosos; en este caso, se intenta hablar de la comercialidad de estos films y del sistema de coproducciones, pero no hay un esmero en contar como funcionaba una coproducción y las trampas que ello conllevaba,al igual que sus beneficios o sus anécdotas. De esta misma manera, encuentro a faltar en que tipo de cines se exhibían estos films, cierto es que se habla de las sesiones dobles, pero no se detalla que suponía una sesión doble y como se calculaba en taquillaje. Pero sin lugar a dudas la baza más desaprovechada son los testimonios que nos encontramos; por ejemplo, Lone Fleming que es una de las personas más amables con las que he hablado, se le pregunta muy poco sobre su relación con el cine de terror, de cómo era un rodaje con actores foráneos y nacionales, cómo se llevaban a cabo los efectos de maquillaje o cómo se llevaban a cabo las dobles versiones.

Por otro lado, en general se abusa de buscar las opiniones de los mismos actores y directores, cierto es que de aquella época muchos han fallecido pero también se han podido buscar personaje de otros ámbitos, como son el compositor Antón García Abril, cuyo testimonio hubiera sido de gran interés para hablarnos de la música en el cine español, en el de terror y que consideración tenía la banda sonora en estos films. Lo mismo nos ocurre con la actriz Emma Cohen que estuvo muy presente en los films de Eloy de la Iglesia, y cuya figura se muestra olvidada en este documental, y también podría dar un abanico más amplio haber hablado con Juan Tébar -guionista de “La Residencia”- o a Marisol Carnicero-secretaria de producción de “La Residencia”- cuyos testimonios hubieran ayudado a una mayor cohesión sobre el tema a tratar, que es el cine español de terror, llegando a entender la dimensión global de lo que fue ese llamado “Spanish Horrror”.

Creo que uno de los problemas más grandes y el error más común, es abordar el cine de terror español desde una perspectiva demasiado genérica, es esa conciencia de género la que destruye en parte el calibre y calidad de un cine español, que sin ayudas sabía superar sus limitaciones y abordar territorios internacionales. Por lo que, si se hubiera propiciado una implicación del factor fantástico y onírico a este tipo de films, el abanico de películas ofrecidas sería mucho más grande y con una calidad mucho superior, por lo que no parecería que la gran mayoría de cine de terror español era un exploit o una mera copia de película de éxito de fuera. Como antes ya mencioné, desarrollando más el lado fantástico del cine de terror, el cine español se beneficiaría de películas tan capitales como fue “El espíritu de la colmena” que demuestra ser una pequeña joya de nuestro cine al propiciar un subgénero español tan importante como el de la visión del niño; ya iniciado con “Marcelino pan y vino” (Ladislao Vajda, 1955) seguido del film de Erice y “Cría Cuervos” (1976) de Carlos Saura, pasando por “¿Quién puede matar a un niño? (1976) de N.Ibáñez Serrador, y finalmente el subgénero se dilata en personalidades tan importantes que son: Jaume Balagueró en su tríada “Los sin nombre”(1999), “Darkness”(2002) y “Frágiles”(2005), y también de Guillermo del Toro con “El espinazo del diablo” (2001) y “El laberinto del fauno” (2006).

En conclusión, es una documental menor para mi gusto, ya que obras dedicadas a Paul Naschy, “El hombre que vio llorar a Frankenstein” es simplemente una maravilla de documental hecho con mucho gusto y encanto, aspecto que Matellano no llega a conseguir con su obra sobre el cine español de terror, que a pesar de sus buenas intenciones se queda muy por detrás de sus pretensiones.


Peor... Imposible, lo peor de lo peor en Gijón

Queridos cuervos, voy a poneros los dientes muuuuy largos a los amantes del cine de culto casposo, de esas producciones imposibles de hace unas décadas enfocadas todas a salir adelante con unos recursos de risa luciendo el género fantástico y de terror con la cabeza bien alta y que en su momento fueron no ya denostadas sino apuñaladas por crítica y público... Pues bien, Gijón, ciudad volcada con este tipo de cine lleva años acogiendo un Festi en el que se proyecta una selección de lo mejor de entre todo lo peor... el “Peor...Imposible”, que este año está dedicado al cine europeo y ningún freaky fan debería perderse. Sin afán recaudatorio (es gratuito) sus responsables hacen gala de un sentido del humor fascinante y de una cultura cinéfila apasionante. 

Así, entre el 25 y el 31 de agosto, se rinde homenaje a lo mejor de las peores producciones cinematográficas. "Peor? ¡Imposible!" se consolida como una cita para todos los amantes de la "Serie B", que ven como año tras año más curiosos asisten a las proyecciones y mesas redondas en el Antiguo Instituto. La nueva edición, fascinante, tendrá "más de un eje sobre el que se vertebren los contenidos", según explicó Jesús Parrado, coordinador del ciclo. Parrado aclaró que pese a la diversificación "la parte lúdica, la de las proyecciones, se potenciará". El ciclo contará con gran cantidad de películas de la década de los 70 y principios de los 80. Aunque el origen de los largometrajes será diverso, se hará especial hincapié en las producciones nacionales, como en los años anteriores. 

Aquí tenéis el enlace al video presentación del festival de este año: http://www.elcomercio.es/videos/culturas/cine/201407/23/peor-imposible-celebra-sexta-3693020788001-mm.html 

Entre las delicatessen que disfrutaremos este veranito están:

-Los criminales de la Galaxia, de Antonio Marghereti 
-En el ciclo “CACHAS Y FORZUDOS” (toma ya), Maciste el invencible de Leonviola y Santo contra el doctor Muerte 
-El tormento de las 13 doncellas de Harald Reini, con Cristopher Lee como conde Régula (jejejeje) 
-Película de vikingos y zombies (título spoiler todo en uno) 
-Serpientes de mar 
-Masacre zombi de Andrea Bianchi 
-La terrorífica noche del demonio de Jean Brismee, obra maestra de la caspa 
-Los 3 superman en Tokio (si, habéis leído bien) 
-El golpe secreto de D'Artagnan 
-La noche de Walpurgis, de Leon Klimovsky (Romasanta, no puedo dejar de acordarme de tí) 
-Las alegres vampiras de Vogel -Kung Fu contra los 7 vampiros de oro, la decadencia de la Hammer hecha peli 
-Embrión, peli del 2008 de Gonzalo López 
-Varios Giallos, que sabéis me encantan, como La reencarnación del mal Hanno cambiato faccia, Noches rojas... 
-La sueca Thriller a cruel picture 
-El Anticristo, 40 aniversario de la respuesta italiana a El Exorcista 
-Exorcismo, de Juan Bosch (Pienso en tí otra vez, Romasanta) 
-Los monstruos del terror -La muerte ronda a Mónica de Ramón Fernández
-El asesino de muñecas, de lo más BIZARRO que podamos ver nunca 
-Escalofrío de Carlos Puerto Como también viene siendo costumbre, en la sesión golfa nos encontraremos con sorpresas no programadas que nos harán flipar aún más y agradecer a los organizadores del festival que nos regalen estos buenísimos finales del verano cada año.


miércoles, 27 de agosto de 2014

Sitges 2014: Pablo Helman y convocatoria voluntarios

Aquí os traigo calentitas las últimas novedades de Sitges, directamente del boletín, para ir abriendo boca...

El gurú de los efectos visuales, Pablo Helman, ofrecerá una masterclass en Sitges 2014 

Pablo Helman, una de las figuras clave del cine fantástico de las últimas décadas, visitará la 47ª edición de Sitges - Festival Internacional de Cine Fantástico de Catalunya para protagonizar una masterclass. Helman (Buenos Aires, 1959) es el supervisor de efectos visuales de Industrial Light & Magic y ha trabajado codo con codo con Steven Spielberg y George Lucas. 

Salvar al soldado Ryan,El mundo perdido,La guerra de los mundos,Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal,La amenaza fantasma o El ataque de los clones forman parte de la larga lista de títulos dirigidos por Spielberg y Lucas en los que ha trabajado Pablo Helman. Sus inicios se remontan a principios de los años 80, como autor de músicas para un canal de televisión de Los Ángeles, época en que se iniciaba la revolución digital en el cine, un momento que Helman vivió intensamente. 

A partir de su trabajo en la serie de televisión Star Trek: The next generation, fue requerido para trabajar en Digital Domain, la empresa de efectos visuales y animación fundada, entre otros, por el director de cine James Cameron. Helman trabajó en grandes éxitos como Apolo 13 o Independence Day, dirigida por Roland Emmerich, que también estará este año en Sitges para recoger su Gran Premio Honorífico. Fue en ese momento que la empresa de George Lucas decidió integrarlo en Industrial Light & Magic, trabajando estrechamente con el director de efectos visuales Stan Wilson hasta la muerte de éste. 

En la actualidad, sus últimos trabajos los ha realizado en los films Las tortugas Ninja (producida por Michael Bay) y Piratas del Caribe 5. Pablo Helman está considerado como uno de los mejores del mundo en su especialidad y compartirá con el público del Festival sus experiencias y diversos temas de interés como la captura digital de actuación de actores en el set, la relación entre la tecnologia y el arte, la creación de los personajes, o los diversos modelos de producción, así como imágenes inéditas y material de su trabajo como mano derecha de Spielberg y Lucas. 

La venta de abonos sigue abierta 

La venta de abonos para la próxima edición del Sitges – Festival Internacional de Cinema Fantàstic de Catalunya ya está en funcionamiento. Este año, como novedad, la venta se efectúa desde la web propia del Festival. 

El Festival pone a disposición de los asistentes tres tipos de pases: el Abono Matinée (99 euros), válido para acceder a todas les sesiones del Auditori de la mañana hasta las 15 horas; el Abono Auditori (250 euros), que permite acceder a todas las sesiones del Auditori durante todo el Festival, y el Abono Butaca VIP (350 euros), que da acceso a todas las sesiones del Auditori durante todo el Festival, con asiento reservado en la mejor zona y con derecho a bolsa y catálogo oficial del Festival. 

Los abonos se pueden adquirir hasta el 2 de octubre y no incluyen las sesiones de inauguración y de clausura, ni las maratones del 12 de octubre. 

Otra de las principales novedades es la venta de entradas para las maratones del domingo 12 d octubre, tanto por la mañana como por la tarde, y para los espacios Auditori, El Retiro y Prado, a unos precios de 9 y 14 euros, según sesión. 

Desde hoy, todos los medios de comunicación que quieran cubrir Sitges 2014, también pueden solicitar su acreditación de prensa a través de esta web. 

Canal Plus se implica con Sitges

Sitges – Festival Internacional de Cinema Fantàstic de Catalunya tendrá una presencia destacada en Canal+ durante todo el año. Cada día 13 será el Día Sitges en Canal+ Xtra con la emisión de títulos vinculados al Festival. El primer Día Sitges se estrenó el 13 de agosto, con Turistas (Sightseers,2012), dirigida por Ben Wheatley y que obtuvo los premios al mejor guión y a la mejor actriz (Alice Lowe) en Sitges 2012. 

Paralelamente, Canal+ Xtra y Canal+ Acción difunden desde finales de julio unos espacios fijos en su programación que emiten trailers de algunos títulos confirmados en Sitges 2014. 

También, durante el primer fin de semana de Sitges 2014 (los días 3 y 4 de octubre), Canal+ Xtra emitirá un maratón con lo mejor de la pasada edición de Sitges y una selección de algunas películas asiáticas proyectadas en el certamen. Igualmente, la cadena estará en Sitges durante esos días, desde donde emitirá #cinebasura, el espacio denominado como “cine de derribo”, dirigido por Paco Fox y José Viruete. 

Los diferentes canales de la familia Canal+ y Yomvi se volcarán con contenidos y proyecciones especiales durante la próxima edición de Sitges, con el fin de estar siempre presentes en el primer festival de cine fantástico del mundo.

Campaña para digitalizar el Cine Prado con 'Pulp Fiction' 

Este viernes, 22 de agosto, el Cine Prado de Sitges proyectó Pulp Fiction para celebrar el 20º aniversario del film, que se presentó en Sitges 1994, y dará el pistoletazo de salida a una campaña para recaudar fondos para la adquisición de un nuevo proyector digital. La película (en V.O.S.E.) se pudo ver a las 23 horas en l’Hort de Can Falç, o en el mismo Cine Prado en caso de lluvia. A continuación, el público asistente podrá acceder, mostrando su entrada, a la Fiesta Pulp Fiction de la discoteca Ricky’s. 

CONVOCATORIA DE VOLUNTARIOS SITGES 2014

Y como todos los años, Sitges abre periodo para currar como voluntario en apoyo del Festi. Sin que nos vayamos a forrar, es una forma de ser parte humana y viva del festivalazo (y ver gratis muchas de las películas de este año).

NOTA:La organización del Sitges - Festival Internacional de Cinema Fantàstic de Catalunya no se hace cargo de los gastos de transporte y alojamiento de los voluntarios. 

Período de inscripción para la selección: Del 25 de agosto al 7 de septiembre

Período de voluntariado: Del 2 al 12 de octubre (ambos días incluidos) (día 2 de octubre día de formación)

Se valorará:

Haber colaborado como voluntario de manera satisfactoria en otras ediciones del festival
Residir en Sitges o proximidades
Conocimiento de idiomas

DEPARTAMENTO PRENSA, COMUNICACIÓN y PUBLICACIONES (16 voluntarios)

Número de plazas:

9 voluntarios Turno de mañana (de 9 a 14.30 h)
7 voluntarios Turno de tarde (de 14 a 20 h)

Labores:

Clasificar y dar información a los medios de comunicación 
Asistir a los periodistas y fotógrafos, ayuda a las ruedas de prensa 
Repartir el Diari del Festival Labores de ayuda a los responsables de Premsa i Comunicació del festival 
Ayudar al Coordinador de traductores e intérpretes a organizar las entrevistas 
Repartir material gráfico y de promoción a los distintos departamentos 
Labores de ayuda al equipo del Diari del Festival 
Labores de ayuda y enlace con el Departament de màrqueting 

DEPARTAMENTO DE MÁRKETING (7 voluntarios)

Número de plazas:

2 voluntarios Turno de mañana (de 9 a 14 h)
3 voluntarios Turno de tarde (de 14 a 19 h)
2 voluntarios Turno de noche (de 19 a 23 h)

Labores:

Ayuda en preparación y desarrollo de actividades promocionales de los patrocinadores.
Ayuda Sala VIP Repartir material promocional
Repartir material gráfico y de promoción a distintos Departamentos
Labores de ayuda y enlace con el Departament de Comunicació

ATENCIÓN AL PÚBLICO STANDS DE INFORMACIÓN (Hotel Meliá Sitges y Escorxador) (12 voluntarios) 

Número de plazas:

4 voluntarios Turno de mañana (de 10 a 14 h)
4 voluntarios Turno de mediodía (de 14 a 18 h)
4 voluntarios Turno de tarde (de 18 a 22 h)

Labores:

Atender y dar información al público y visitantes del festival
Ayudar a otros departamentos del festival

ATENCIÓN E INFORMACIÓN PARA ACREDITADOS (9 voluntarios)

Número de plazas:

3 voluntarios Turno de mañana (de 9:30 a 14 h)
3 voluntarios Turno de mediodía (de 13.30 a 18 h)
3 voluntarios Turno de tarde (de 17.30 a 22 h)

Labores:

Atender y dar información y material a los acreditados
Labores de servicio de recogida de entradas de acreditados

TAQUILLAS DEL FESTIVAL (Hotel Meliá Sitges y Cinema Retiro) (6 voluntarios)

Número de plazas:

2 voluntarios Turno de mañana (de 9:30 a 14 h)
2 voluntarios Turno de mediodía (de 13.30 a 18 h)
2 voluntarios Turno de tarde (de 17.30 a 22 h)

Labores:

Atender y dar información (entradas, horarios, precios) al público
Labores de servicio de recogida de entradas anticipadas.

ATENCIÓN AL PÚBLICO ACTIVIDADES PARALELAS (Sala Tramuntana, Espai Fnac y Palau de Maricel) (14 voluntarios) 

Número de plazas:

5 voluntarios Turno de mañana (de 9.30 a 15 h)
5 voluntarios Turno de tarde (de 15 a 20.30 h)
4 voluntarios Turno de tarde (de 20.30 h a 2 h)

Labores:

Atender y dar información al público de la Sala Tramuntana y del Espai Fnac
Atención al público exposición en el Palau de Maricel
Control del micrófono del público durante los debates y mesas redondas
Labores de portero y acomodador en la Sala Tramuntana y Espai Fnac
Atender las necesidades de los invitados y participantes de las actividades paralelas
Labores de mantenimiento y preparación de los espacios antes y después de las actividades

ESPAI BRIGADOON (8 voluntarios) 

Número de plazas:

2 voluntarios Turno de mañana (de 10 a 15 h)
3 voluntarios Turno de tarde (de 15 a 20 h)
3 voluntarios Turno de tarde (de 20 a 2 h)

Labores:

Atender y dar información al público del espai Brigadoon
Control del micrófono del público durante los debates y mesas redondas
Labores de portero y acomodador del espai Brigadoon
Atender las necesidades de invitados y participantes de las actividades y presentaciones
Labores de mantenimiento y preparación del espacio antes y después de las actividades
Labores de ayuda a los responsables del espacio

PORTEROS ACOMODADORES (Salas Auditori Meliá, Cinema Retiro y Cinema Prado) (80 voluntarios)  
Número de plazas:

20 voluntarios Turno de mañana (de 8 a 14 h)
28 voluntarios Turno de tarde (de 14 a 20 h)
28 voluntarios Turno de noche (de 20 a 2 h)
4 voluntarios Turno de madrugada (de 2 a 6 h)

Labores:

Asistencia al público e invitados antes, durante y después de les proyecciones en las diferentes salas. 
Control de los asientos reservados 
Reparto de información 
Control de las votaciones del público 
Limpieza de la sala 
Vigilancia de las puertas y entrada y salida de personas durante las proyecciones 
Control y preparación de las gafas 3D 

* En algunos casos solo será necesaria la colaboración durante los fines de semana (viernes, sábados y domingos).

Más info en la página del festival. Ánimo chavales!!!

PROGRAMA NO CERRADO: 

A Girl Walks home alone at night de Ana Lily Amipour A Hard day de Kim Seong-hun Aberdeen de Pang Ho-Cheung Adieu au langage 3D de Jean Luc Godard Alleluia de Fabrice du Welz Aux yeux des vivants de Maury y Bustillo (Guauuu) Cold in July de Jim Mickle Dead Snow 2 de Tommy Wirkola Der Samurai de Till Kleinert Dios Local de Gustavo Hernández Doc of the Dead de A. O. Phillippe El día trajo la oscuridad de Martin Desalvo Goal of the Dead de B. Rocher y T. Poiraud Housebound de Gerard Johnstone It Followos de David Robert Mitchell La Distancia de Sergio Caballero Late Phases de Adrián García Bogliano Live de Noburu Iguchi Maps of the stars de David Cronenberg One to One de Kim Ki-Duk Premature de Dan Beers R100 de Hitori Matsumoto Sorcerer de William Friedkin That Demon within de Dante Lam That guy Dick Miller de Elijah Drenner The Babadook de Jennifer Kent The Canal de Ivan Kavanagh The Double de Richard Ayoade The Guest de Adam Wingard The Midnigth After de Fruit Chan The Mole Song-Undercover Agent Reiji de Takashi Miike The Voices de Marjane Satrapi Torture Club de Kota Yoshida Under the skin de Jonathan Glazer What we do in the shadows de Taika Waititi y Jemaine Clement Zombeavers de Jordan Rubin Rec 4 (Apocalipsis) de Jaume Balagueró.

Como veis, muchas caras conocidas, muchos estrenos mundiales y mis esperados Bustillo, Maury y Balagueró... ¿No se os hace la boca agua?... A mí, absolutamente!!!!


martes, 26 de agosto de 2014

Crítica: The Possession of Michael King

En una disciplina artística como la cinematográfica, son las expectativas, en muchas ocasiones, las que terminan marcando la diferencia (para bien o para mal) y en este sentido, tanto el falso documental, como el cine de posesiones, tienen ahora mismo el listón demasiado bajo como para esperar nada positivo en ninguno de los dos supuestos. Por ello, lo que cabía esperar a estas alturas de una propuesta como “The Possession of Michael King”, un mockumentary sobre posesiones demoníacas en primera persona, facturado (dirigido y escrito) por un debutante de nombre David Jung, era más bien poco, por no decir nada. Tras el visionado, aun perplejo y con el esfínter muy, pero que muy apretado, puedo aseverar que sin ningún lugar a dudas, tenemos entre manos el mejor exponente de cine de posesiones que servidor haya catado en mucho tiempo y ni que decir tiene (siempre con permiso de la estupenda “Afflicted”) que lo mismo puede aplicarse al saturado mundo del falso documental.

Con una firmeza impropia de un debutante, David Jung maneja la batuta de éste hombre orquesta bautizado como Michael King (encarnado por un descomunal Shane Johnson) de manera endiablada y cual comandante de innumerables legiones del infierno, para rodar en carne viva uno de los documentos de ficción sobre demonología, más brutales que hayan visto mis ojos. Pero no quedan ahí las intenciones del novel cineasta, pues en esta su ópera prima, Jung no solo nos relata la enésima ascensión de las huestes del averno a la tierra, sino que nos propone al mismo tiempo también, un viaje solo de ida al corazón mismo de uno de los más característicos rasgos de identidad del ser humano (al menos, de aquel intelectualmente más desarrollado), el escepticismo.

“The Possession of Michael King” es un experimento, una prueba empírica sobre el terreno, donde un hombre, ajeno al folclore y atormentado por una terrible y dolorosa pérdida, intenta demostrar a ciencia cierta que todo aquello que no se puede demostrar, simplemente, no existe, convencido de que dicha certeza, a modo de placebo, es lo único que puede aliviar su insoportable dolor. Por desgracia, las cosas nunca salen como uno planea y los hilos del destino, tan solo son visibles a ojos de sus tejedoras, esas ancianas caprichosas que se regocijan con las miserias humanas mientras dan sentido a su propia existencia.

Dicen que el mayor logro del diablo, es habernos convencido de que no existe. “The Possession of Michael King” es la prueba fehaciente de lo contrario, la prueba inequívoca de que para encontrarlo, tan solo tenemos que buscarlo.

Con un punto de partida francamente convencional si nos atenemos a las reglas preestablecidas del falso documental, la función se abre con una primera exposición donde poco margen hay para la sorpresa. Nuevamente, una cámara en primera persona es la encargada de inocularnos el relato. A través de su óptica, asistimos con paulatino asombro, a como los tópicos y clichés patentados por el subgénero, son manejados con tanta elegancia y sobriedad por parte del director, que lejos de chirriar y pese a transportarnos a paisajes recurrentes, nos adentran de forma pausada pero incesable, hacia los terrenos pretendidos por el anfitrión de la velada, una zona cuasi utópica, en la actualidad y en demasiadas ocasiones poco menos que una quimera: la del terror.

Y es que amigos, “The Possession of Michael King” es hora y media de auténtico HORROR. Un descenso pesadillesco potencialmente sugestivo hacia las entrañas del mismísimo miedo al tiempo que todo un sentido homenaje a aquellas viejas glorias del séptimo arte que en su día, consiguieron helarnos la sangre frente a una pantalla de televisión. Evidentemente no estamos ante la nueva “El Exorcista”, pues es imposible concebir nada ni remotamente parecido en lo que a cine demoníaco se refiere, pero sin duda, estamos ante uno de los mejores mano a mano entre el diablo y el hombre, que haya dado el género en los últimos años.

Técnicamente impecable, y con una clara proyección de menos a más, la cinta de Jung va haciendo mella poco a poco en la incredulidad del espectador afín al género hasta un punto de no retorno en el cual, ya es imposible dar marcha atrás y donde no queda otra que agarrar de la mano al protagonista de la historia, hacer nuestras todas sus miserias y miedos y precipitarnos junto a él hacia el abismo. Un abismo oscuro del cual, ya no vislumbraremos el final hasta los títulos de crédito finales y donde dejando de lado sus muchos efectismos visuales (mas efectivos que nunca valga la redundancia), seremos obligados a base de el ingenio justo y la mala leche necesaria, a claudicar, hincar la rodilla en el frío suelo y aceptar que esto del terror que muchos (yo mismo incluido) ya dábamos por sentenciado, muerto y enterrado, aun tiene cuerda para rato cuando éstas, se tocan de la forma en la que deben tocarse.

Visualmenrte sobrecogedora, “The Possession of Michael King” hace suyas desde el respeto, incluso desde la pleitesía me atrevería a decir, alguna de las secuencias más celebres de la historia del cine de terror para utilizarlas en pos a sus propios intereses y pese al hecho de coger un poco de aquí y otro poco de allá, en ningún momento tendremos la sensación de estar asistiendo a un producto sin alma, todo lo contrario, la tiene, y además es muy negra, tanto, que al terminar el show, detener nuestro reproductor y encender las luces, seguiremos palpando esa negrura. Añeja sensación de antaño que solo una maravilla como la que nos regala David Jung, podría ofrecernos.

Aunque hayas perdido la fe en el cine de posesiones y ya seas defensor o detractor del formato del falso documental, dale una oportunidad al diablo, ábrele la puerta, invítalo a pasar y comprueba en compañía de Michael King, que el horror sigue estando ahí, simplemente hace falta, aunque solo sea por una vez, no perder la fe.

Lo mejor: Su inagotable capacidad de aterrar, a pesar del hecho de contarnos la misma historia de siempre, gracias al buen hacer a la hora de tocar los resortes del formato y gestionar sus automatismos.

Lo peor: En escenas muy concretos, se hubiera agradecido ir un paso más allá para traspasar la linea. Pero eso, sin duda, la habría sepultado en la repugnante fosa de los prejuicios y la falsa moral, como ya ocurriera con otras cintas de terror recientes.


lunes, 25 de agosto de 2014

Crítica: Coherence

Sin darnos cuenta, todos buscamos la coherencia, y lo hacemos porque queremos seguir viviendo. La paradoja del gato de Schrödinger, nos explica la realidad de un gato encerrado en una caja junto a un dispositivo que puede activar un gas venenoso que puede matar al gato en muy poco tiempo. El gato tiene el cincuenta por ciento de probabilidades de vivir y el cincuenta por ciento de morir. Lo que le pasa al gato no lo sabremos nunca, pero lo que la mecánica cuántica nos explica es que en la caja el gato está vivo y muerto al mismo tiempo, es decir, hay una realidad donde el gato está vivo y otra, en la que el gato está muerto. Ambas realidades existen y sólo se hacen plausibles justo en el instante en que ambas confluyen, que en este caso, es el instante en el que se abre la caja y descubres si el gato está vivo o muerto. Ese instante es la coherencia, y como os dije, todos la buscamos para seguir viviendo. En "Coherence", lo que se nos plantea es precisamente el fallo en esa coherencia, el colapso interpretativo o teoría de los multiuniversos.

La historia que se nos plantea es un intento de narrativa coral, donde los personajes tienen poca importancia, ya que son las decisiones y las casualidades las que dirigen un guión complejo, pero interesantísimo, donde no siempre se sigue el ritmo a unas actuaciones, en ocasiones, poco fundamentadas. Fue la paradoja del gato de Schrödinger, la que nos explicó la realidad de un gato encerrado en una caja junto a un dispositivo que puede activar un gas venenoso que puede matar al gato en muy poco tiempo. El gato tiene el cincuenta por ciento de probabilidades de vivir y el cincuenta por ciento de morir. Lo que le pasa al gato no lo sabremos nunca, pero lo que la mecánica cuántica nos explica es que en la caja el gato está vivo y muerto al mismo tiempo, es decir, hay una realidad donde el gato está vivo y otra, en la que el gato está muerto. Ambas realidades existen y sólo se hacen plausibles justo en el instante en que ambas confluyen, que en este caso, es el instante en el que se abre la caja y descubres si el gato está vivo o muerto. Ese instante es la coherencia, una coherencia en el guión que no siempre es exacta, ya que el espectador va a intentar buscar siempre una explicación racional, donde se puedan unir todas las teorías en una. 

En "Coherence" presenciamos una ciencia ficción en la que se nos mete de lleno en una cena de amigos, dispuestos a pasar una velada inolvidable, en la que también existe una tensión que se corta con cuchillo. Todo se vuelve extraño con el paso de un cometa, que es el que precipita una serie de acontecimientos en los que nada parece ser lo que realmente es, y realmente todo está siendo tal cual parece. Una teoría muy interesante al respecto es la paradoja del gato de Schrödinger, la cual nos explica la realidad de un gato encerrado en una caja junto a un dispositivo que puede activar un gas venenoso que puede matar al gato en muy poco tiempo. El gato tiene el cincuenta por ciento de probabilidades de vivir y el cincuenta por ciento de morir. Lo que le pasa al gato no lo sabremos nunca, pero lo que la mecánica cuántica nos explica es que en la caja el gato está vivo y muerto al mismo tiempo, es decir, hay una realidad donde el gato está vivo y otra, en la que el gato está muerto. Ambas realidades existen y sólo se hacen plausibles justo en el instante en que ambas confluyen, que en este caso, es el instante en el que se abre la caja y descubres si el gato está vivo o muerto. Ese instante es la coherencia, y es justo ese instante, en el que Em, la rubia protagonista, se dará cuenta de lo importante que es tomar decisiones rápidas, porque en la mayoría de los casos, es mejor una mala decisión que te lleve a un error, que lamentarte toda tu vida por no haber dado un determinado paso. 

La manera de explicarnos con imágenes la incoherencia que se vive en la noche de la reunión, por parte de James Ward Byrkit (a quien se le nota que está cómodo también escribiendo guiones), es dinámica, y precisa, ya que es la cámara la que provoca la tensión de lo desconocido y la que nos da los momentos de calma que también se necesitan para intentar sacar algo en claro de lo que acontece, pues la historia no te lleva a los "Cronocrímenes" o a "Triangle", la narración es más como la paradoja del gato de Schrödinger,donde se nos explica la realidad de un gato encerrado en una caja junto a un dispositivo que puede activar un gas venenoso que puede matar al gato en muy poco tiempo. El gato tiene el cincuenta por ciento de probabilidades de vivir y el cincuenta por ciento de morir. Lo que le pasa al gato no lo sabremos nunca, pero lo que la mecánica cuántica nos explica es que en la caja el gato está vivo y muerto al mismo tiempo, es decir, hay una realidad donde el gato está vivo y otra, en la que el gato está muerto. Ambas realidades existen y sólo se hacen plausibles justo en el instante en que ambas confluyen, que en este caso, es el instante en el que se abre la caja y descubres si el gato está vivo o muerto. Ese instante es la coherencia. El tema es que en "Coherence" se entiende mucho más la incoherencia, el propio colapso, que la propia coherencia. 

La parte interpretativa está bien resuelta, e incluso se echa mano de la nostalgia al volvernos a llevar a la pantalla al Sanders de Buffy, Nicholas Brendon. Aunque es Emily Baldoni quien lleva la batuta, una batuta larga y estirada, que aporta el punto de control, que una trama tan aparentemente inexplicable necesita, y digo que es inexplicable, porque, como ya apunté, no siempre el espectador va a poder seguir a cada uno de los personajes, ya que como uno de ellos ,Hugh, explica en la cinta, todo lo que están viviendo parece que pudiera tener algo que ver con la paradoja del gato de Schrödinger, que nos explica la realidad de un gato encerrado en una caja junto a un dispositivo que puede activar un gas venenoso que puede matar al gato en muy poco tiempo. El gato tiene el cincuenta por ciento de probabilidades de vivir y el ciencuenta por ciento de morir. Lo que le pasa al gato no lo sabremos nunca, pero lo que la mecánica cuántica nos explica es que en la caja el gato está vivo y muerto al mismo tiempo, es decir, hay una realidad donde el gato está vivo y otra, en la que el gato está muerto. Ambas realidades existen y sólo se hacen plausibles justo en el instante en que ambas confluyen, que en este caso, es el instante en el que se abre la caja y descubres si el gato está vivo o muerto. Ese instante es la coherencia, y es esa coherencia la que se busca en la oscuridad absoluta de la noche, siguiendo a cada uno de los ocho protagonistas. 

El colapso espectador-"Coherence" surge cuando analizamos que realmente en esa cena se podría haber hablado de cualquier otra cosa, que los personajes podrían haber sido cualquier otros y que las situaciones pasadas que nos explican no tienen ninguna transcendencia para el devenir de la acción. Es así cuando te das cuenta que lo importante es la idea, y que a veces, aunque no se terminen de desarrollar las reflexiones que surgen para desentramar el galimatías al que se enfrentan los personajes, con una buena idea, digerida de manera consistente, y narrada de una forma viva, es suficiente, y aquí tenemos el ejemplo de que no hace falta un gran presupuesto para armar una buena película, porque sólo hay que leer en qué consiste la paradoja de Schrödinger para encontrar la coherencia.


sábado, 23 de agosto de 2014

Crítica: Lucy

Después de los muchos comentarios mordaces, incluso dañinos sobre la cinta, me armé de valor y me enfrenté a ella con sentimientos muy encontrados. Desde luego, no esperaba una cinta seria y canónica de Sci-Fi – y más tras haber visto los trailers que realmente no hacen justicia a la peli - pero no estaba en absoluto seguro de qué me iba a esperar y encontrar (realmente lo único que me empujaba a verla era el talento de un director brillante como Luc Besson) y quizás por haber partido de esos prejuicios inevitables que vaticinaban una gran cagada decepcionante, la película me ha sorprendido mucho y muy gratamente. Luc Besson logra un nivel de perfección cinematográfica, pocas veces visto, con ésta, su última oferta, una cinta compleja a pesar de su sencillez, salvaje, irresistible y absolutamente disfrutable. 

El cineasta francés Luc Besson, quien estuvo a cargo de "Le Femme Nikita", "Angel-A" y otras tantas películas de mujeres duras, lleva el thriller de acción de corte feminista al siguiente nivel. Esta extravagante pero entretenida crónica de la mutación de una joven en apuros en una mujer de armas tomar invencible gracias al desarrollo hasta ahora inaudito del 100% de los poderes mentales del cerebro humano. Nuestra protagonista desafiará así, con su mega cerebro a las mismas reglas de la biología, al abordar directamente la premisa de que "sólo utilizamos el 10% de nuestro cerebro". En un mundo completamente objetivo, esta idea absolutamente desmentida y rebatida por gran parte de la Ciencia de hoy día, puede llevarnos a enfrentarnos a “Lucy”-que comparte nombre con el esqueleto del simio hallado en los 70 y que supuso una revolución del concepto evolutivo- con un montón de prejuicios de partida, así que dejen sus batas de analistas, físicos, médicos y demás científicos en el perchero de casa y déjense arrastrar a la irrealidad de Besson para poder disfrutar plenamente la peli. Entiendo por qué muchas críticas profesionales son tibias. La ciencia en la cinta está en algún lugar entre lo inverosímil y lo ridículo con un uso inmaduro de la filosofía. Pero también Matrix partía de criterios filosóficos básicos como la caverna de Platón y no deja de ser un espectáculo revolucionario. 

"Lucy" por momentos, parte de unas leves reminiscencias a la película del 2004 "María llena eres de gracia." en la que unos cabrones narcotraficantes colombianos introducen cocaína en el estómago de una adolescente y la utilizan como mula para el contrabando de sus narcóticos a los Estados Unidos. Del mismo modo, nuestra prota en "Lucy", una irresistible, deliciosa y extremadamente sensual Scarlett Johansson da vida a una de esas mulas, en un mundo mucho menos sórdido pero igual de transtornado, que debe transportar en su barriga una bolsa de extraños cristales azules llamados CPH4, drogas sintéticas que parten del equivalente de nutrientes especiales que las madres embarazadas producen hormonalmente para criar a sus fetos, (Alguien pronuncia ominosamente en el film lo suficiente acerca de la sustancia: " Para un bebé, que contiene la potencia de una bomba atómica. "), con un billete de avión para Estados Unidos. Sin embargo, la bolsa se rompe, y la última cosa que sus desalmados trileros salvajes esperan de ella es la poco probable represalia tras el dichoso accidente. 

Lucy da la vuelta a la tortilla de forma que ni siquiera ella podría haber imaginado y conforme la droga va haciendo efecto en su cuerpo y mente (inteligentemente marcados los tiempos por el porcentaje de desarrollo mental), se va convirtiendo en una súper mujer, nunca en una “súper heroína”, como bien se empeña Besson en señalar en toda entrevista. Curiosamente, antes de "Lucy", Scarlett Johansson hizo "Under the Skin", un thriller de ciencia ficción sobre un extraterrestre que se hace pasar por humano y se alimenta de hombres solitarios en Escocia, un papel muy alejado del que nos tiene acostumbrado como chica ingénua, o mujer sensual, incluso vampiresa sexy. Para el papel, aunque ahora Besson se apresura a tratar de desmentirlo, le había echado el ojo a Angelina Jolie como protagonista, pero al tener la Jolie que abandonar el proyecto, y puesto que la relación Besson-Jovovich no acabó muy diplomáticamente, aunque uno ve en cada una de sus pelis posteriores a la ruptura papeles creados pensando en la belleza poco expresiva de la misma, Johansson se quedó con el presonaje, que todo hay que decirlo, le viene como anillo al dedo. 

De hecho, la actriz Scarlett Johansson sería por sí sola toda la peli si no apareciese por allí, como de tapadillo, Morgan Freeman dando una conferencia como prestigioso médico, el profesor Samuel Norman, el mayor experto del mundo en la materia gris. 

Besson trata de iluminarnos a lo National Geographic en sus fragmentos documentales de animales de la selva que van jalonando la batalla interna y no tan interna que Lucy tiene con los traficantes de drogas asiáticos fuertemente armados. Lo que hace del film de Besson una delicia absoluta es su sutil inclusión de esas imágenes de animales para contrastar similitudes,( de la misma manera que Sam Pekinpah atado en la escena del escorpión rodeado de hormigas como destellos de los bajos instintos de la naturaleza afectando a las acciones de algunos niveles de la existencia humana) así como la maravillosa obra de símiles pictóricos, que no es sino un indicativo de su brillante estilo “avant garde” como director. 

El actor coreano Choi Min-shik, que protagonizó la magnífica y siempre reivindicable primera versión del director Chan-wook Park del thriller de venganza "Oldboy" (2003), recientemente (mal) remakeado, compone un villano memorable llamado Sr. Jang, odioso y odiable como pocos. Por otra parte, los secuaces impecablemente interpretados del Sr. Jang son salvajemente exagerados, un poco “a lo Tarantino”, homicidas sin escrúpulos manipulados por el malo de la peli. 

La primera vez que vemos a Lucy (un poco como la Scarlett Johansson de "The Avengers"), está discutiendo, con un sombrero de paja con su novio vaquero Richard (Pilou Asbæk de "The Whistleblower"), enfrente de un moderno y altísimo hotel en Taiwán. Richard trata de convencer a Lucy para que entregue un elegante maletín a un cliente de hotel, el mismísimo Sr. Jang. Richard insiste en que no puede entregarlo personalmente él y la candorosa Lucy se niega a hacerlo ella. En esta secuencia uno puede recordar los debatires sobre el misterioso maletín de Pulp Fiction, una nueva y evidente muestra de la influencia de los personajes de Quentin Tarantino en esta “Lucy”. El caso es que el novio cabrón se empeña aferrando el maletín con unas esposas a Lucy, a la que no le queda más remedio, cede y entra en el hotel mientras Richard la observa. A partir de aquí, basta decir que las cosas van cuesta abajo, sin freno alguno, como una avalancha, tanto para Richard como nuestra heroína. 

Las secuencias de acción en "Lucy" son impresionantes, especialmente la que retrata una persecución de coches, predecible pero muy, muy emocionante, a través de París.

Los gráficos que usa Besson en la acción informando el porcentaje de la capacidad intelectual que nuestra protagonista va siendo capaz de aprovechar hasta el fundido de salida cuando concluye su increíble metamorfosis son, como ya dije, un recurso simplón pero altamente efectivo. 

En pocas palabras, "Lucy" se desarrolla como un, bastante estándar y oscuro, thriller de venganza también con ramalazos a mi admirado maestro del terror Eli Roth. Esta ágil versión de Universal Pictures se centra sobre todo en la transformación de nuestra protagonista de prácticamente una colegiala a una súper chica que ya no va a necesitar nunca más un hombre a su lado para vigilarle las espaldas. Ella se convierte en el equivalente a Liam Neeson en "Taken" y secuela, superándolo incluso, como mujer extremadamente desarrollada sin acabar de ser una heroína, pues todo lo mueve la venganza. Nuestra ingeniosa heroína logra escapar de las garras de los malos, y alerta a las autoridades acerca de sí misma y de los demás chavales usados como mulas. Por desgracia, y como era de esperar, la policía no está preparada para resolver la situación y se desata la debacle, las balas de los villanos comienzan a volar, los cuerpos se van apilando en montones en las calles y Lucy tiene que intervenir. Sin embargo, el thriller de Besson se transforma en una ciencia ficción de acción alucinante también con reminiscencias del Stanley Kubrick de "2001: Una odisea del espacio." Literalmente, la heroína llega a convertirse en el equivalente del monolito en la película de Kubrick. Y es que, de hecho, es muy posible que ustedes se sientan engañados por un final bastante extraño y muy poco al uso. 

Sin embargo, Lucy acabará por convertirse en algo que no se parece en nada a lo que hayamos visto este verano en nuestras carteleras. "Lucy" merece ser vista en la gran pantalla, aunque probablemente sea poco más que una peli "de verano", (torpemente) categorizado como un thriller de acción, aunque para el que esto escribe es más un intento de abrir nuevos caminos cinematográficos, y que a pesar de tener fabulosos elementos de ciencia ficción, puede resultar decepcionante como cine de tal categoría. Es una cinta mucho más reflexiva que la mayoría de "thrillers de acción", sin llegar a convertirse en menú sólo degustable por intelectuales. 

“Lucy”, en el uso de sus referentes se convierte en una reminiscencia contínua de muchas otras películas. A bote pronto, junto a los ya citados films de Kubric y Tarantino, me vienen a la mente “Metropolis", "Fantastic Voyage", "Tron", "Chunking Express", "Koyaanisqatsi”, “Blade Runner”, "Baraka", "The Matrix", “Sin Límites”, "El árbol de la vida”..." 

Pero realmente la originalidad no consiste en no aprovechar buenas ideas sino potenciarlas hacia algo nuevo y distinto una vez aprovechadas, y eso en “Lucy” es innegable.

'Lucy' ofrece un ritmo furiosamente rápido, convirtiéndose en un divertido viaje de principio a fin, y francamente no entiendo del todo la cantidad de críticas duras y negativas que va cosechando allá donde se estrena... 

'Lucy' no se basa en un cómic. No es Capitán América, Superman, Thor, Hulk, Iron Man, Spider-Man o los X-Men, que siendo honestos, desde un punto de vista científico,no son ni remotamente realista - porque nunca se ha pretendido que lo sean, y es por eso que hablamos de "super-héroes". No entiendo entonces que la gente se tome tan en serio el criterio científico de Lucy... Quiero decir, esto es Luc Besson: es un poco de "El quinto elemento" que tantísimo disfrutamos en su momento. Es espectáculo, filosófico, es cierto, pero espectáculo al fin y al cabo. Algo así como un caso Bourne mezclado juguetonamente y sin límites con Kill Bill. Es una cinta imperfecta, sin duda, pero como thriller de acción y ciencia ficción brillantemente filmado con una oscura temática, la postulación de la noción discutible de que sólo los seres humanos utilizan su capacidad cerebral del 10%, la cinta funciona y cumple más que prefectamente su cometido. 

El final de la cinta, en el que nuestra prota ha evolucionado en un cambio emocional, divertido y relativamente creíble y ya es algo así como la versión femenina del Dr. Manhattan, porque sus capacidades no son sólo la facilidad de resolver grandes problemas de matemáticas y lectura rápida, la telequinesis, cambiar de forma y demás. Es una fascinante premisa demasiado ambiciosa que Besson juega con paso rápido y buen ritmo, puede resultar poco satisfactorio, incluso abrupto y aunque la lógica que pone en marcha todo el engranaje de la peli puede antojarse difícil de seguir en el primer visionado y resultar poco más que mediocre. Sin embargo, las interpretaciones, en especial la de la Johansson son realmente de primera clase. No es sólo una cara y un cuerpo preciosos, los personajes son fascinantes por completo, en especial el de Lucy, en su viaje de lo emocional del principio a lo mentalmente perfecto y plano en el otro extremo. 

Técnicamente, con un CGI currado, un montaje sublime y una cámara prodigiosa, la película roza la perfección. Como la magnífica partitura de Eric Serra que llegado un punto, te hace respirar al ritmo de la música y la imagen. Pero donde la película realmente brilla es como espectáculo visual (muestra de un personalísimo ejercicio de estilo). Contiene algunas de las imágenes naturales más hermosas que he visto nunca, mezcladas con la violencia que el director domina a la perfección y escenas de acción de quitar el hipo (la persecución de coches es la más salvaje que he visto sin excepción).

La compleja fotografía de Thierry Arbogast es todo un entramado de posibilidades que van desde la simulación de micro-fotografía (células que se dividen) hasta la macro-fotografía (nebulosas interplanetarias) pasando por auténticos retratos impresionistas, vistas panorámicas preciosistas, una épica batalla en plena Sorbona de París, aviones que se desintegran, imágenes oníricas a lo Magritte (como la de una mujer con un vestido negro, sentada en una silla de oficina, sobre la superficie de un pantano), el Tiempo se acelera, se ralentiza, se extiende y se contrae en una edición absolutamente merecedora de alabanzas y que nos hacen plantearnos por momentos si no fue el propio Besson quién probó la droga y no Lucy. Pero es que la “Lucy” de Besson se encuadra dentro de ese subgénero dentro de la ciencia ficción en el que si bien el argumento es simplista, ahónda en cuestiones profundas, filosóficas, no como mera pose gafapasta sino como reflexión pura y dura, y con “Lucy” se abre un nuevo debate sobre lo más básico, sobre el planteamiento presocrático de “qué somos”. “Prometheus”, por ejemplo, desarrollaba a la perfección el debate y la idea del origen. Pero “Lucy” es diferente, y quizás, excesivamente pretenciosa una vez se toma en serio y no como puro entretenimiento. 

Con la adopción de algunas notas de muchas de las religiones que han guiado al pueblo y lo que se ha escrito en los libros sagrados, desafiando desde desde Asimov a Zelazny, trata de que seamos capaces no de comprender, sino de sentir nuestro origen, la fuente de la creación, como si de un experimento New Age se tratara, que trata de hacernos replantearnos las cosas hasta su esencia. La película está llena de símbolos, como el momento de Lucy con el hombre de Neandertal, o declaraciones como "el dolor es el resultado de nuestros límites" o "el tiempo es la única unidad" , que más tarde se contradicen a sí mismas mostrando el viaje en el tiempo. La cinta puede resultar incluso intimidante, en su obsesión por el origen de las creaciones, la unidad y la Inmortalidad, o incluso la idea de un “dios” desconocido, llegando a la conclusión de que la razón por la que no estamos evolucionando es porque estamos demasiado atrapados en los placeres externos, como la riqueza y el poder y no necesariamente queremos superarnos o crecer mental o intelectualmente, sino fundamentalmente en lo financiero. 

Afortunadamente, Besson alcanza el 100% de su potencial como director y vuelve a regalarnos una película original, diferente y deliciosa. 

Lo mejor: Su grandísima capacidad narrativa como ejercicio depurado y estilizado muy refrescante. La Johansson, magistral. La edición y un montaje radical y perfecto. 

Lo peor: Algunos efectos especiales chuscos. Algunas situaciones un poco cantosas (la conversación con la madre, momento clonación, USB... 

Aún así es absolutamente recomendable a todo fan de la sci-fi sin pretensiones gafapastiles ni en la “edad del ¿por qué?”. 

Una vez más, Besson se luce con un personaje femenino duro, fuerte y extravagante, como ya lo fueron Isabelle Adjani (Subway), Rosanna Arquette (El gran azul), Anne Parillaud (Nikita), Mila Jovovich (El quinto elemento, Juana de Arco), Rie Rasmussen (Ángel-A), Michelle Yeoh (The Lady) o Michelle Pfeiffer (Malavita). 

No se la pierdan. No la juzguen. Disfrútenla.