sábado, 25 de junio de 2016

Crítica: Paranormal Drive

Si alguna vez habéis coincidido con mi opinión de alguna de las películas de las que he escrito, si alguna vez habéis pensado que aunque no compartíais mi opinión esta era más o menos coherente o si simplemente nunca habéis pensado como yo… Por favor, esta vez hacedme caso… huid de esta película. Dedicad el tiempo a estar con vuestros seres queridos, iros a tomar un café con vuestros amigos a una terracita, coged un buen libro, dad un paseo, incluso podéis tumbaros en el sofá mirando el techo pensado en las avutardas o mirad el estucado de la pared imaginando caras y objetos… haced cualquier cosa antes de perder hora y veinticinco minutos de vuestra vida viendo esta película.

Si hubiera sabido que la cinta dirigida por Oleg Assadulin era tan mala, no la hubiera visto. No me gusta ser tan radical en mis opiniones pero por desgracia no hay nada (O mejor dicho casi nada) en ‘Paranormal drive’ que hiciera que algo de lo que pasaba en pantalla me entretuviera o me interesara lo mas mínimo. Solo salvaría de la quema los últimos cinco minutos de película pero tener que tragarse ochenta insufribles minutos para llegar a este punto, al menos para mi, es un esfuerzo que no merece la pena.

Hay que ser sinceros y reconocer que Assadulin se muestra sincero con el espectador desde el inicio de su película: La introducción de la cinta servirá no solo para justificar que el coche esté habitado por un espíritu maligno si no que mostrará la torpeza de Assadulin detrás de las cámaras. El desacierto y la falta de fuerza de esta escena inicial marcarán, en este caso para mal, el devenir de la película. Esta escena es como el cártel que podemos ver en la entrada de algunas fincas avisando de que hay un perro peligroso. Si cruzas la verja, si sigues viendo esta película no te quejes si el perro te muerde o si entras en un estado semicomatoso del cual te cuesta recuperarte.

Es obvio que cualquier espectador que vea esta película se acordará de la mítica novela ‘Christine’ de Stephen King que fue llevada al cine en 1983 por John Carpenter. El protagonista de la cinta de Assadulin igual que hacía Arnold se sentirá tremendamente atraído por un coche que se vende a buen precio. Tal será la fascinación de ambos personajes que estos no podrán resistirse a comprarlo, lo que será el principio de una inesperada pesadilla (Bueno, en el caso de ‘Paranormal drive’ igual no tanto… si escuchas voces y una respiración entrecortada cuando estas comprando el coche… pues no sé… normal no es) Assadulin cuenta la historia de un matrimonio en crisis que realiza un viaje por carretera con su flamante coche nuevo, coche que hará las delicias de las empresas de carburante por lo exagerado de su consumo.

El guionista y director se da cuenta de que es necesario crear una historia para que su película tenga chicha, ya que ver a una pareja con su hija conduciendo por la noche rusa no es muy entretenido que digamos. Por mucho que este utilice los típicos efectos de sonido, las imágenes de gusanos y cierta estética asiática para crear cierta sensación de miedo en el espectador (Si algún espectador se inquieta con esta película que se lo haga mirar) y lo aderece con la típica escena donde la niña se pierde y los padres se vuelven locos por encontrarla (Cambiemos el chubasquero rojo por uno amarillo, cambiemos Venecia por una gasolinera y a unos padres que ven a su hija correr en vez de por una ciudad por el campo... Si no fuera por el pequeño detalle de que Nicolas Roeg sigue vivo, este estaría revolviéndose en su tumba) si no hay una historia con fuerza, y esta película no la tiene, lo que vemos en pantalla acaba por no interesarnos lo más mínimo.

La única diversión que puede ofrecernos esta película es la de buscar referentes o destrozar su infame guión (Es absurda la historia que se establece entre los personajes principales: Ese machista redomado que flirtea con toda mujer y la esposa de este aguantando a un tipo de tal calaña. Podríamos buscar un sentido a todo esto –algo que parece que el director y guionista ha querido hacer-, y establecer una comparación entre lo que sucedió a la mujer que fue asesinada y transportada en el coche con los hechos que le suceden a esta familia... ¿pero para qué? Si realmente esa era la intención de Assadulin había mil maneras mejor de hacerlo).

Podemos pensar en la entretenida ‘Dead End’ de Jean-Baptiste Andrea y Fabrice Canepa o en muy interesante ‘La sangre de Wendy’ de Samuel Gutiérrez aunque en este segundo caso en su parte luminosa. Son claros ciertos paralelismos de alguna de las escenas de estas tres películas, pero mientras ‘Paranormal Drive’ y ‘Dead End’ sitúan esos momentos de noche, Gutiérrez, aunque su cinta va evolucionando hacia la oscuridad, hace lo propio pero a plena luz del día huyendo del terror y centrándose mas en la fantasía.

‘Paranormal drive’ es una cinta totalmente prescindible, una de esas películas que podían haber quedado resultonas como cortometraje pero que alargadas hasta una duración más o menos estándar hacen que la historia aburra hasta al espectador más entregado. La cinta de Assadulin es un resumen de todos los tópicos del cine de terror mezclados sin gracia ni chispa. Huid de esta película. Yo por mi parte voy a quitarme este mal sabor de boca con ‘Black Lightning’ otra película rusa de coches a los que les suceden extraños fenómenos. Que si, que es una cinta irregular, es una cinta de un claro corte infantil pero a mí me entretiene mucho y eso es lo que quiero al ver una película como esta: Entretenimiento y diversión, algo que ‘Paranormal drive’ no consigue ofrecerme.


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