viernes, 10 de marzo de 2017

Crítica: Devil in the Dark

Una de cal y una de arena. Dolor y placer, como decía aquel cenobita. O las gallinas que entran, por las que salen. La realidad es que las sensaciones que transmitía a priori la nueva película (segunda en su haber tras su anodino debut de hace diez años con “The Cradle”) del canadiense Tim Brown eran dos y de carácter marcadamente opuesto, lo cual nos situaba en ese incomodo punto de indefinición en el cual uno no sabe muy bien si tirarse de cabeza a la piscina o bien, salir corriendo poniendo pies en polvorosa. Por un lado, el fabuloso póster promocional con bosque, niño y demonio, resultaba irremediablemente erótico. Por el otro, algo que contiene en su título las palabras “devil” y “dark”, no podía presagiar nada bueno. Tim Brown...

… me la has metido doblada. “Devil in the Dark” es una pequeña producción directa al mercado doméstico que nos sitúa, como espectadores, en una continua encrucijada a dos bandas, entre el bien y el mal, lo dulce y lo salado, lo que es y lo que pudo ser. Una propuesta que no deja de apuntar buenas cosas, para a continuación tirarlas por tierra cual sesión de terapia de choque de frío y calor, al igual que ese contradictorio vínculo del que os hablaba en relación al título de la obra y su póster promocional. Siempre parece que sí, pero no. Un quiero y no puedo o un puedo y no quiero que termina convirtiéndose en seña de identidad de una película que podría haber alcanzado altas cotas de calidad pero que lamentablemente, termina quedándose en un categórico suspenso. Pero comencemos por el principio.

“Devil in the Dark” vuelve a poner sobre la mesa las en muchas ocasiones complicadas relaciones entre hermanos, un recurso bastante habitual dentro del panorama fantástico actual desde que Cain y Abel tuvieran sus más y sus menos allá por tiempos de Santa Claus y demás personajes pesadillescos, donde este tipo de episodios de corte pseudo fratricida han dado pie a un buen puñado de historias cinematográficas. En esta, el director Tim Brown a expensas del debutante en tareas de guionista Carey Dickson, se sirve de las antagónicas figuras de dos hermanos para generar la chispa que encienda la llama de una historia sobrenatural a medio camino entre el drama, el terror psicológico y la monster movie, en un ejercicio que sin duda recuerda a la reciente “The Monster” (Bryan Bertino, 2016) con la cual, guarda grandes similitudes.

La cinta se abre con un sobrecogedor prólogo que deja ya al descubierto las que a la postre serán las mejores virtudes del filme: la lograda atmósfera, el peso específico de los decorados naturales y la buena utilización de estos gracias a una muy cuidada fotografía. Pero también revela de manera primigenia alguna de las grandes miserias de la película, pues este en apariencia revelador flashback de la infancia de los dos protagonistas, lejos de ser explorado y desarrollado a la largo de la trama y, utilizado en su beneficio (y en el nuestro) es el primero de una larga lista de agujeros argumentales y preguntas sin respuesta, a los que seremos sometidos a lo largo del viaje por obra y gracia del amigo Dickson.

Como digo, las similitudes con la película de Bryan Bertino son muchas. Demasiadas. Al igual que ocurría en “The Monster”, la cinta de Tim Brown vuelve a colocar en el centro del huracán una tormentosa relación familiar a dos bandas (en aquella ocasión madre e hija, aquí dos hermanos) como eje principal del relato, los sitúa en un entorno solitario y potencialmente hostil y añade a la ecuación una criatura a la que enfrentarse, para lo cual, deberán dejar de lado sus diferencias, saliendo a la superficie los auténticos sentimientos de los protagonistas. Y no solo el fondo es muy parecido, también la forma, pues aquí también adquieren gran importancia como importante herramienta narrativa, la utilización de flashbacks, los cuales nos irán dando detalles del pasado de los personajes, para que podamos entender un poco mejor su presente.

Con tanto paralelismo entre ambos filmes, era difícil que estos no compartieran también miserias y así lo hacen. Aunque en esta ocasión, alterando algo el orden de los factores. Si en “The Monster” eran los retazos del pasado de las protagonistas (abogando claramente por la vertiente dramática de la historia en su sentido más “terrenal”), lo más interesante de la película, mientras que la parte propiamente de terror, resultaba contrariamente descafeinada, en “Devil in the Dark” se invierten los papeles. Los flashbacks aportan más bien poco a la historia y redundan en exceso de manera innecesaria sobre el marcado trato introspectivo que se hace de los personajes (y el prólogo vuelve a ser el mejor ejemplo de ello, amén de su anecdótico carácter residual), mientras que los episodios más afines al género, consiguen resultar algo más sobrecogedores, sobretodo por el buen uso que se hace del entorno, un preciosista paisaje natural de la Columbia Británica (Canadá), que se torna en siniestra espesura al caer la noche.

El bosque siempre ha sido fuente inagotable de historias de terror y posiblemente, uno de los escenarios con mayor potencial de todos los puestos al servicio del cine de terror. Siguiendo la estela de cintas recientes como “The Hallow” (Corin Hardy, 2015), “El Bosque de los Suicidios” (“The Forest”, Jason Zada, 2016) o “La Bruja de Blair” (“Blair Witch”, Adam Wingard, 2016), la cinta de Brown consigue sacarle gran partido al entorno para generar tensión e incertidumbre en el espectador, consiguiendo muchos mejores resultados con la insinuación y un buen puñado de certeros planos, que con el supuesto verdadero horror que se esconde entre los árboles, una criatura de la cual ni sabemos, ni sabremos absolutamente nada, a medio camino entre el Krampus y la majestuosa escenificación metafórica del caníbal Dr.Lecter en la serie televisiva. Una pena que el bicho muestre todas las vergüenzas con algún que otro desafortunado y torpe plano, donde lejos de la zona de confort que significaba la sutileza, se muestra como lo que es, el enésimo y ridículo dibujo de ordenador, momento en el cual, por cierto, toda la tensión generada hasta el momento, se va al garete.

Estamos pues ante una propuesta que contenía todos los ingredientes para alcanzar el mínimo requerido por el fan tipo del terror. Un maravilloso escenario, una aterradora entidad oculta en las profundidades del bosque, una pareja de actores competentes como Dan Payne (“The Cabin in the Woods”, “Watchmen”, “Star Trek: Beyond”) y Robin Dunne (“Sanctuary”, “Species III”) y una historia que tampoco necesitaba de excesivos malabares para llegar a buen puerto con el añadido de contener algún que otro apunte ecologista y una tibia crítica al oscuro mundo de la caza. Por desgracia, todo se va quedando en nada a medida que avanza la función. El paisaje deja de ser aterrador cuando descubrimos lo que realmente esconde y los actores terminan sucumbiendo a pesar de los esfuerzos por enfatizar en la parte dramática, ante un guion que pese a su simpleza, no consigue sentar unas bases mínimas sobre las que apoyar un relato creíble que, a la postre, termina dejando sin respuesta todas las cuestiones planteadas y quedándose en poco más que un episodio naif de alguna serie de televisión tipo "Expediente X" o "Sobrenatural", por más profunda y reflexiva que intente aparentar ser.

Lo mejor: Los escenarios naturales y algunos pasajes tensos ubicados en el último tercio de travesía.

Lo peor: El título, la historia está muy mal (no)resuelta y el ridículo diseño de la criatura.


13 comentarios:

Donnie dijo...

Por lo que veo esta es otra de esas películas con poster molón y desarrollo no tan guay.. :-( Creo que fue Patrick (Si no es así lo siento por la persona que lo dijo) que habría que hacer una sección con posters guays y películas no tan guays.. jajaja

Ahora en serio. Es una lastima la gran cantidad de películas que se quedan en un quiero y no puedo o que se van diluyendo conforme avanza el metraje. Películas que aunque no tengan mucho de original plantean puntos de partida que podrían conseguir enganchar al espectador pero que por un desarrollo torpe o que no arriesga se quedan en tierra de nadie.. Lastima que esta 'Devil in the dark' sea otra de esas películas que se parecen demasiado a otras y que no consiguen ni encontrar su sitio ni levantar el vuelo...

Un Saludo!

Donnie

El Rector dijo...

Donnie, es una pena que los pósters, por sí solos, no den para hora y media de diversión, de lo contrario esta "Devil in the Dark" sería entretenimiento puro, jeje. No es así. Si has visto "The Monster" (creo recordar que si), no te pierdes nada si no te adentras en este bosque, una propuesta similar pero con menos impacto en sus partes dramáticas y eso sí, algún momento de relativa tensión, más por lo claustrofóbico del escenario, que por acierto de sus responsables.

Pese a todo, estoy seguro que muchos, nos seguiremos dejando "engañar" por este tipo de tretas publicitarias. Oye, unos se creen las chorradas de los desmayos y demás, y otros lo flipamos con los pósters molones :)

Saludos.

Donnie dijo...

Yo soy uno de esos que cada vez que vean un póster chulo acabará cayendo y viendo la película. La verdad es que prefiero ser de esos que caen por los pósters antes que por el tema de desmayos y demás. Al menos el cartel de la película es algo bonito y currado, mientras que lo otro es solo humo...

Un Saludo!

Donnie

Missterror dijo...

Rector, vuelvo a darte la razón y sin duda me quedo con ese primer párrafo donde se podía vaticinar que "Devil In The Dark" iba a oler un poco mal. El poster molón, pero bueno ese aroma a la iconografía de San Hannibal, que es gloria pura, me hacía recelar. Esa combinación de Devil y Dark en el título, como comentas, no era nada halagüeña. Tim Brown es incluso peor que yo para poner títulos.

El caso es que como comentas, hay varios momentos en los que crees que sí, pero terminan siendo un rotundo NO y es esos agujeros del guión, el hecho de que los flashbacks intenten presentar algo que jamás desarrollan, ese horrible monstro pegatinoso que corta absolutamente toda la tensión que sí consiguen crear los escenarios, actores y movimientos de cámara.
Es una lástima porque de verdad que hubo momentos que consiguen que te adentres en ese bosque, que no entiendas nada y que esperes que esos flashbacks jugosos, terminen por destapar una historia potente.

Cierto que comparte muchos puntos con "The Monster", pero yo me quedo con la película de Bryan Bertino.

Saludos

El Rector dijo...

Donnie, pues no hemos tenido en nuestras habitaciones pósters molones de películas hediondas ni nada... ;)

Missterror, aun y conociendo tu legendaria "habilidad" para parir títulos, no te diré que no. Dudo que lo hubieras hecho peor que el señor Brown.

A la película le dura el fuelle medianamente hasta que nos enseñan al "monstro". Por más veces que me vea en el mismo sarao, sigo sin comprender como los directores se empeñan una y otra vez en auto mutilarse utilizando efectos con CGI. hablo de producciones pequeñas, por supuesto. No se cuan barato saldrá y cuanta pasta se ahorrarán con respecto a los FX tradicionales, pero joder, siempre se ha hecho cine de bajo costo y siempre se ha hecho con prótesis, máscaras y sangre de pega. Imagino este krampus con un tipo enfundado en un disfraz y el resultado habría sido mucho mejor.

Los flashbacks no sirven para nada. Bueno sí, para rellenar metraje. No es solo que no explican nada, el tema es que aun plantean más preguntas. Y ojito con el final "abierto". Otra gran tomadura de pelo, niveles Johannes Roberts ;)

"The Monster" resultó flojita, pero le sigue dando para pasarle la mano por la cara a esta "Devil in the Dark".

Saludos.

Patrick Bateman dijo...

-Donnie

Lo de los posters molones, sí, lo dije yo.

-Rector

Viendo, o mejor dicho, leyendo tu crítica, mejor me la ahorro. Mira que el poster mola un rato. En cuanto al título, podría ser una canción de Iron Maiden. La verdad, así de entrada, para una película no era una buena combinación.

Saludos.

El Rector dijo...

Sr.Bateman, para título de película no da, ahora, para tema musical, no veas si tiene pegada. En una nomenclatura cercana y hablando de los Maiden, uno ya podía intuir, antes de escucharla, que "Fear of the Dark" iba a ser uno de esos himnos que nos acompañaría para los restos ;)

Por contra, la película de Tim Brown se olvida casi en el mismo tiempo que dura el temazo de la doncella.

Saludos.

Patrick Bateman dijo...

Al final no he podido resistirme a los encantos del poster. Me esperaba algo mucho peor, pero eso no significa que sea bueno. La relación entre los hermanos, o sea, tres cuartas partes del film -a pesar de todos los tópicos- me parece bastante bien desarrollada, es más, me estaba gustando.

Ahora bien, el tramo final, cuando se deja el terror al descubierto, es de apuñalarse uno mismo. Ya no es que no se resuelva la propuesta, es que ésta se vuelve ridícula e inverosimil. Para mí, lo mejor de todo es la banda sonora. Como bien dices, lo que pudo haber sido... Lástima.

Saludos.

El Rector dijo...

Sr.Bateman, si es que se nos "engaña" tan pero tan fácil, jeje.

Sí, la parte dramática cumple, sin demasiadas emociones fuertes y sin excesivo fondo de armario, pero al menos consigue mantener el interés de la trama... una pena que la sorpresa que nos tienen deparada al final (más allá de alguna aparición puntual), sea más bien bochornosa.

Al menos en esta ocasión, las bajas expectativas creadas (y ahí me apunto el tanto, jeje), han jugado a tu favor :)

Saludos.

Patrick Bateman dijo...

Hola Rector.

Sin emociones, pero creíble, que ya es mucho. XD

Pues sí. Como diría Cañita Brava, 'Mal, mal, mal, verdadera mal, por no deci borchenoso'.

Es lo bueno de leer críticas negativas. XD

Saludos.

El Rector dijo...

Patric, intentaré ser algo más negativo en el futuro (la psicología inversa es fascinante), por aquello de bajar las expectativas del personal, jeje.

Saludos.

Patrick Bateman dijo...

En el fondo, nunca dejamos de ser niños. Y con éstos, funciona a la perfección lo de la psicología inversa.

Saludos.

Unknown dijo...

Yo la vi y me gusto yo por lo general ultimamente odio las peliculas de terror por esas absurdas escenas del fantasma demonio o lo que sea contorsionandose y su cuerpo crujiendo las y cuando lo enfrenta el fantasma o demonio los avienta al otro extremo de la abitacion son cituaciones ridiculas las peliculas ya no dan miedo yo vi el sexto sentido y esa pelicula la primera vez que la vi me dio miedo y no recurrian a cosas tan absurdas ya no juegan con las emociones con mantener al espectador expectante con cosas nuevas ya no juegan con la mente y tal vez estoy mal pero es mi punto de vista

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